diumenge, 25 d’agost del 2013

Especial 30 - Reencuentros

30
El martes 13 de diciembre me desperté a las 9 de la mañana, di de comer a Cookie, desayuné, me duché y me vestí.
Lena y yo habíamos decidido ir al centro comercial de compras a por ropa y cosas para el viaje a Londres, pero Harry se iba a Holmes Chapel el día 15, y el 14 habíamos quedado con los chicos, así que teníamos que aprovechar el día al máximo.
A las diez salí a la calle y esperé a que Lena me recogiera en su deportivo.
Fuimos hasta el centro comercial y empezamos a hacer lista de todas las cosas que necesitábamos: Un par de vestidos, zapatos, accesorios a juego, un par de jerséis y algún abrigo, aparte de conjuntos de diario y lo que se nos ocurriera.
A la una fuimos a comer para hacer una pausa. Aunque llevábamos apenas tres horas ahí dentro, ya íbamos cargadas con 6 bolsas. Yo me había comprado dos vestidos: uno azul turquesa que Lena definió como “azul ojos de Niall”, de tirantes que se adaptaba a mis curvas pero se abría por debajo la cintura; y uno rojo con adornos dorados, sencillo pero elegante, que había pensado reservar para nochevieja.  También me había comprado una sudadera azul marina felpada, una chaqueta de cuero marrón, una camiseta de manga larga que ponía “Forever Young”, un jersey blanco a rayas azules y unas medias completamente negras.
Comimos hamburguesas y al terminar volvimos al trabajo.
Al final de la tarde volvimos al coche con 8 bolsas cada una y con £200 menos entre las dos (la mitad de lo que teníamos planeado gastarnos en Escocia).
Contamos todo lo que habíamos comprado entre las dos: 3 vestidos, 5 chaquetas, 3 sudaderas, 8 camisetas de manga larga, 5 jerséis, 6 pantalones, 4 bolsos, 6 pares de zapatos, 2 bufandas y 3 gorritos… 45 prendas en total. No estaba mal. Metimos todas las bolsas en los asientos de detrás y fuimos hacia el piso de Lena.
El piso de Lena también estaba situado en una calle central de Doncaster, lo único que el suyo era notablemente más grande y lujoso que el mío, ya que el suyo había sido un regalo de sus padres para su 18 cumpleaños.
Me ofrecí para ayudar a Lena a hacer la maleta. Entonces nos encontramos con el primer dilema: ¿Debíamos hacer la maleta sólo para Holmes Chapel o también para Londres?
Lena, toda tímida, llamó a Harry y se lo preguntó. El chico le dijo que volvían el 21 por la tarde a Doncaster, se reunían con nosotros y al día siguiente cogíamos el vuelo hacia Londres de las 2.
Estuvimos 45 minutos aproximadamente seleccionando la ropa que Lena tenía que llevarse para la semana que iba a estar allí, luego la clasificamos y la metimos en la maleta ordenadamente.


--
El día siguiente habíamos quedado los cuatro en casa de Louis a las 4 de la tarde. A las 3:45 Lena me recogió en el portal de mi casa y pusimos rumbo a la dirección que Lou me había dado.
Era una casa grande, no tan grande como la de Londres, grande pero normal.
Aparcamos el coche a unos metros de la casa y fuimos a picar al timbre.
- ¿Sí? –respondió la voz de Louis.
- Somos nosotras.
- Vale, pasad.
Abrimos la puerta de la valla y pasamos dentro de la parcela. Entonces se abrió la puerta de la casa y salió mi chico.
- Hola, chicas. Louis ha ido a vestirse, seguidme.
Entramos dentro y seguimos a Harry por las escaleras hasta el primer piso. Avanzamos por el pasillo y él picó a la puerta.
- ¡Louis! ¿Estás presentable?
- Un momento. Bueno, espera, que pase Hannah primero.
Abrí la puerta con suavidad, entré en la habitación y volví a cerrarla silenciosamente.
Me giré y vi como un Louis sin camiseta se ponía los pantalones rojos. Se los abrochó y luego se acercó a mí sin apenas mirarme. Me cogió por la cintura, me levantó y empezó a darme vueltas en el aire mientras se reía.
- Louis, ¡PARA! –grité, riéndome yo también.
Soltó una carcajada como respuesta y segundos después caímos los dos encima de la cama.
Cuando paramos de reír me miró con ojos tiernos y me dijo:
- Hola cielo, ¿qué tal?
- Eres tonto.
- ¿Pero me amas?
- Mucho.
Empezamos a besarnos. Medio minuto más tarde, gritaron desde fuera:
- PAREJITA, ¿SALÍS YA, O QUÉ? –era Harry.
- YA VAMOOOS –gritó Louis.
- Anda, ponte una camiseta –dije mientras nos levantábamos-, o sé de uno que malpensará.
Cogió una camiseta que había en los pies de la cama con un estampado de ‘The Fray’ y se la puso. Me alisé mi camiseta y salimos al pasillo.
- ¿Qué habéis hecho aquí fuera los dos solos, eh? -dijo Louis al salir.
Lena, a respuesta a su pregunta, se sonrojó.
- Nada –se apresuró a decir el de Holmes Chapel.
- Eh, que sois adultos, no hay nada de lo que avergonzarse.
- Harry dice la verdad… -interrumpió Lena- No hemos hecho nada.
- Qué mona eres cuando te pones nerviosa –dijo Louis sarcástico.
- Louis déjala –dijo Harry-. Pobrecita.
- Ay, si no me estoy metiendo con ella. Me cae genial, y lo sabes. Pero es que hacéis una pareja monísima, vosotros dos.
- Hannaaah, ¡haz algo! –me llamó Harry.
- ¿Yo? Eh, a mí no me metáis –dije divertida.
- Vamos, ¡son tu mejor amiga y tu novio! Además…
- TENGO HAMBRE –interrumpí-. LOUIS, DAME DE COMER.
- BAJEMOS AL COMEDOR, QUE MI MADRE HA HECHO PASTEL.
- OH, ¿TU MADRE ESTÁ AQUÍ?
- ESTA ES LA CASA QUE YO LES COMPRÉ. YO VIVO EN LONDRES CON HARRY.
- ¡DEJAD DE GRITAR! –gritó Lena.
- VALE –respondió Louis.
Reímos y bajamos las escaleras. Lou nos condujo por la casa hasta llegar al inmenso comedor –sala de estar-cocina y nos dijo:
- Podéis sentaros en el sofá, ahora saco el pastel y vengo con vosotros.
Pasamos una tarde muy agradable, Jay era una gran cocinera y el pastel estaba riquísimo. Jugamos a la Wii durante casi toda la tarde. Nos lo pasamos en grande y nos reímos muchísimo. Lena se fue abriendo a mesura que pasaban los minutos y terminó incluso haciendo bromas.
Hacia las ocho llegó Jay con las dos gemelas Phoebe y Daisy.
- ¡Hannah! –gritaron las pequeñas al verme.
Me levanté del sofá y me acerqué a ellas y las abracé a las dos.
- ¿Qué tal, pequeñas?
Entonces vieron a Louis y gritaron:
- ¡Lou!
- ¡Enanas! –gritó Louis corriendo hacia sus hermanas.
- ¡Hannah! –dijo Jay entrando por la puerta- ¡Qué alegría verte otra vez, cariño!
Fui hasta ella y le di dos besos.
- Pues sí –dije-. ¿Cuándo hacía que no nos veíamos?
- Uf, muchísimo. Des de antes de la movida del X-Factor, ¿puede ser?
- Puede ser –dije riéndome-. No me habías dicho que eras tan buena cocinera, estas cosas se avisan.
- ¿Lo dices por el pastel? Ah, bueno… ¿Entonces estaba bueno?
- Buenísimo –saltó Harry.
- Gracias, Harry –dijo riéndose Jay- ¿Y esa chica que está ahí escondida?
- Ah, ella es Lena –respondí-. Mi amiga y su… -dije señalando a Harry.
- Gracias Hannah, pero sé hablar –dijo Lena dándole dos besos a Jay-. Encantada.
- Pues yo soy la madre de ese bicho de ojos azules –dijo señalando a Louis, que les estaba haciendo cosquillas a las gemelas.
- Te invitaría a comer un pastel riquísimo, pero se ha terminado –dijo Harry, dándole la mano a Jay-. Hola, soy Harry.
- A ti ya te conozco, tonto. Eres mi ocupa favorito.
- Prefiero decir que soy un huésped.
Realmente me alegró volver a hablar con Jay, era cierto que hacía mucho que no la había visto, y me di cuenta que la echaba de menos.
Jay, Phoebe y Daisy habían salido a cenar, y tanto Lottie como Fizzy habían salido con sus amigas, así que Jay fue a acostar a las niñas y volvió para cocinar algo de cenar para Harry y Louis, ya que Lena y yo insistimos en que no era necesario que nos quedáramos a cenar.
Nos despedimos de nuestros chicos, yo con un beso y ella con un abrazo, aunque era evidente que los dos deseaban algo más. Me despedí de Jay y volvimos al coche.
Fuimos a casa de Lena, ya que esa noche habíamos decidido que yo me quedara a dormir ahí, cogí mi pequeña bolsa del asiento de detrás y subimos.

--
La mañana siguiente, miércoles 15 de diciembre, a las 9:54 llegábamos en taxi a casa de Louis. Lena bajó con su pequeña maleta y, antes de que pudiéramos llamar al timbre, salieron Harry con una maleta pequeña y Louis en pijama.
- Buenos días –dijo Lena.
Harry hizo una llamada y un minuto más tarde llegó un coche negro y paró delante de donde estábamos nosotros.
Cogí a Lena por un brazo y la aparté un poco de los chicos, para que no nos escucharan.
- Lena, sé que vas a Holmes Chapel con Harry Styles, tu ídolo, sí, lo sé. Pero sólo quería darte un consejo…
- Dime.
- No fangirlees.
- ¿Perdón?
- O sea, sé que vas a estar muy emocionada, pero contente, no hagas de Crazy Mofo. Olvídate de que eres directioner y se… Persona. ¿Entiendes?
- Claro –dijo abrazándome-. Te voy a echar mucho de menos, Hann.
- Y yo a ti, y lo sabes –suspiré-. Nos vemos el 21 para hacer las maletas para ir a Londres –sonreí.
- Despacio. Primero Holmes Chapel. Luego, Londres, no me agobies –se rió.
Volvimos con ellos. Harry cogió la maleta de mi amiga y la puso en el maletero. Luego, le abrió la puerta de detrás y Lena entró en el coche.
Cuando los dos hubieron subido al coche y el chófer hubo encendido el motor, Louis y yo empezamos a gritar:
- ¡Que vaya bien!
- ¡Ser sensatos!
- ¡Pasároslo en grande!
El coche arrancó y, mientras nosotros hacíamos adiós con la mano, se fue antes de desaparecer al girar en la esquina.
Cuando el coche hubo desaparecido de nuestra vista, me giré hacia Louis, que aún iba en pijama, pasé las manos por su cuello y lo besé.
- Oye, yo aún tengo algo de sueño –le dije-. ¿Vamos a dentro?
- Sí, claro –dijo sonriendo-. Vamos a “dormir”.
- Tira y calla –dije riéndome.

--
*Narrado por Lena*
Cuando hubimos dejado atrás la casa de Louis, me puse muy nerviosa de repente.
Para intentar calmarme, analicé la situación:
“Estás en un coche. El coche lleva a Holmes Chapel” miré a mi lado. “Contén la calma. VOY A HOLMES CHAPEL CON HARRY STYLES, OH DIOS MÍO. Joder, que contengas la calma. Respira hondo. Inspira… Expira. Inspira… Expira. Inspira…”
Y justo entonces, Harry decidió que era buena momento para pasarme un brazo por mi hombro atrayéndome hacia él.
“Vale, cambio de plan. Acurrúcate a su lado y déjate llevar.”
Apoyé mi cabeza en su hombro y cerré los ojos.
Dos horas más tarde, Harry me susurró a la oreja:
- Lena. Eh, Lena –abrí los ojos-. Ya hemos llegado.

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada