El martes 13 de diciembre me desperté a las 9 de la mañana,
di de comer a Cookie, desayuné, me duché y me vestí.
Lena y yo habíamos decidido ir al centro comercial de
compras a por ropa y cosas para el viaje a Londres, pero Harry se iba a Holmes
Chapel el día 15, y el 14 habíamos quedado con los chicos, así que teníamos que
aprovechar el día al máximo.
A las diez salí a la calle y esperé a que Lena me recogiera
en su deportivo.
Fuimos hasta el centro comercial y empezamos a hacer lista
de todas las cosas que necesitábamos: Un par de vestidos, zapatos, accesorios a
juego, un par de jerséis y algún abrigo, aparte de conjuntos de diario y lo que
se nos ocurriera.
A la una fuimos a comer para hacer una pausa. Aunque llevábamos
apenas tres horas ahí dentro, ya íbamos cargadas con 6 bolsas. Yo me había
comprado dos vestidos: uno azul turquesa que Lena definió como “azul ojos de
Niall”, de tirantes que se adaptaba a mis curvas pero se abría por debajo la
cintura; y uno rojo con adornos dorados, sencillo pero elegante, que había
pensado reservar para nochevieja. También
me había comprado una sudadera azul marina felpada, una chaqueta de cuero
marrón, una camiseta de manga larga que ponía “Forever Young”, un jersey blanco
a rayas azules y unas medias completamente negras.
Comimos hamburguesas y al terminar volvimos al trabajo.
Al final de la tarde volvimos al coche con 8 bolsas cada una
y con £200 menos entre las dos (la mitad de lo que teníamos planeado gastarnos en
Escocia).
Contamos todo lo que habíamos comprado entre las dos: 3
vestidos, 5 chaquetas, 3 sudaderas, 8 camisetas de manga larga, 5 jerséis, 6
pantalones, 4 bolsos, 6 pares de zapatos, 2 bufandas y 3 gorritos… 45 prendas en
total. No estaba mal. Metimos todas las bolsas en los asientos de detrás y
fuimos hacia el piso de Lena.
El piso de Lena también estaba situado en una calle central
de Doncaster, lo único que el suyo era notablemente más grande y lujoso que el
mío, ya que el suyo había sido un regalo de sus padres para su 18 cumpleaños.
Me ofrecí para ayudar a Lena a hacer la maleta. Entonces nos
encontramos con el primer dilema: ¿Debíamos hacer la maleta sólo para Holmes
Chapel o también para Londres?
Lena, toda tímida, llamó a Harry y se lo preguntó. El chico
le dijo que volvían el 21 por la tarde a Doncaster, se reunían con nosotros y al
día siguiente cogíamos el vuelo hacia Londres de las 2.
Estuvimos 45 minutos aproximadamente seleccionando la ropa
que Lena tenía que llevarse para la semana que iba a estar allí, luego la clasificamos
y la metimos en la maleta ordenadamente.
--
El día siguiente habíamos quedado
los cuatro en casa de Louis a las 4 de la tarde. A las 3:45 Lena me recogió
en el portal de mi casa y pusimos rumbo a la dirección que Lou me había dado.
Era una casa grande, no tan grande
como la de Londres, grande pero normal.
Aparcamos el coche a unos metros
de la casa y fuimos a picar al timbre.
- ¿Sí? –respondió la voz de Louis.
- Somos nosotras.
- Vale, pasad.
Abrimos la puerta de la valla y
pasamos dentro de la parcela. Entonces se abrió la puerta de la casa y salió mi
chico.
- Hola, chicas. Louis ha ido a
vestirse, seguidme.
Entramos dentro y seguimos a Harry
por las escaleras hasta el primer piso. Avanzamos por el pasillo y él picó a la
puerta.
- ¡Louis! ¿Estás presentable?
- Un momento. Bueno, espera, que
pase Hannah primero.
Abrí la puerta con suavidad, entré
en la habitación y volví a cerrarla silenciosamente.
Me giré y vi como un Louis sin
camiseta se ponía los pantalones rojos. Se los abrochó y luego se acercó a mí
sin apenas mirarme. Me cogió por la cintura, me levantó y empezó a darme
vueltas en el aire mientras se reía.
- Louis, ¡PARA! –grité, riéndome
yo también.
Soltó una carcajada como respuesta
y segundos después caímos los dos encima de la cama.
Cuando paramos de reír me miró con
ojos tiernos y me dijo:
- Hola cielo, ¿qué tal?
- Eres tonto.
- ¿Pero me amas?
- Mucho.
Empezamos a besarnos. Medio minuto
más tarde, gritaron desde fuera:
- PAREJITA, ¿SALÍS YA, O QUÉ? –era
Harry.
- YA VAMOOOS –gritó Louis.
- Anda, ponte una camiseta –dije mientras
nos levantábamos-, o sé de uno que malpensará.
Cogió una camiseta que había en
los pies de la cama con un estampado de ‘The Fray’ y se la puso. Me alisé mi camiseta y salimos al pasillo.
- ¿Qué habéis hecho aquí fuera los
dos solos, eh? -dijo Louis al salir.
Lena, a respuesta a su pregunta,
se sonrojó.
- Nada –se apresuró a decir el de
Holmes Chapel.
- Eh, que sois adultos, no hay
nada de lo que avergonzarse.
- Harry dice la verdad…
-interrumpió Lena- No hemos hecho nada.
- Qué mona eres cuando te pones
nerviosa –dijo Louis sarcástico.
- Louis déjala –dijo Harry-.
Pobrecita.
- Ay, si no me estoy metiendo con
ella. Me cae genial, y lo sabes. Pero es que hacéis una pareja monísima,
vosotros dos.
- Hannaaah, ¡haz algo! –me llamó
Harry.
- ¿Yo? Eh, a mí no me metáis –dije
divertida.
- Vamos, ¡son tu mejor amiga y tu
novio! Además…
- TENGO HAMBRE –interrumpí-. LOUIS, DAME DE COMER.
- BAJEMOS AL COMEDOR, QUE MI MADRE HA HECHO PASTEL.
- OH, ¿TU MADRE ESTÁ AQUÍ?
- ESTA ES LA CASA QUE YO LES COMPRÉ. YO VIVO EN LONDRES CON
HARRY.
- ¡DEJAD DE GRITAR! –gritó Lena.
- VALE –respondió Louis.
Reímos y bajamos las escaleras. Lou nos condujo por la casa
hasta llegar al inmenso comedor –sala de estar-cocina y nos dijo:
- Podéis sentaros en el sofá, ahora saco el pastel y vengo
con vosotros.
Pasamos una tarde muy agradable, Jay era una gran cocinera y
el pastel estaba riquísimo. Jugamos a la Wii durante casi toda la tarde. Nos lo
pasamos en grande y nos reímos muchísimo. Lena se fue abriendo a mesura que
pasaban los minutos y terminó incluso haciendo bromas.
Hacia las ocho llegó Jay con las dos gemelas Phoebe y Daisy.
- ¡Hannah! –gritaron las pequeñas al verme.
Me levanté del sofá y me acerqué a ellas y las abracé a las
dos.
- ¿Qué tal, pequeñas?
Entonces vieron a Louis y gritaron:
- ¡Lou!
- ¡Enanas! –gritó Louis corriendo hacia sus hermanas.
- ¡Hannah! –dijo Jay entrando por la puerta- ¡Qué alegría
verte otra vez, cariño!
Fui hasta ella y le di dos besos.
- Pues sí –dije-. ¿Cuándo hacía que no nos veíamos?
- Uf, muchísimo. Des de antes de la movida del X-Factor,
¿puede ser?
- Puede ser –dije riéndome-. No me habías dicho que eras tan
buena cocinera, estas cosas se avisan.
- ¿Lo dices por el pastel? Ah, bueno… ¿Entonces estaba
bueno?
- Buenísimo –saltó Harry.
- Gracias, Harry –dijo riéndose Jay- ¿Y esa chica que está
ahí escondida?
- Ah, ella es Lena –respondí-. Mi amiga y su… -dije
señalando a Harry.
- Gracias Hannah, pero sé hablar –dijo Lena dándole dos
besos a Jay-. Encantada.
- Pues yo soy la madre de ese bicho de ojos azules –dijo señalando
a Louis, que les estaba haciendo cosquillas a las gemelas.
- Te invitaría a comer un pastel riquísimo, pero se ha
terminado –dijo Harry, dándole la mano a Jay-. Hola, soy Harry.
- A ti ya te conozco, tonto. Eres mi ocupa favorito.
- Prefiero decir que soy un huésped.
Realmente me alegró volver a hablar con Jay, era cierto que
hacía mucho que no la había visto, y me di cuenta que la echaba de menos.
Jay, Phoebe y Daisy habían salido a cenar, y tanto Lottie
como Fizzy habían salido con sus amigas, así que Jay fue a acostar a las niñas
y volvió para cocinar algo de cenar para Harry y Louis, ya que Lena y yo
insistimos en que no era necesario que nos quedáramos a cenar.
Nos despedimos de nuestros chicos, yo con un beso y ella con
un abrazo, aunque era evidente que los dos deseaban algo más. Me despedí de Jay
y volvimos al coche.
Fuimos a casa de Lena, ya que esa noche habíamos decidido
que yo me quedara a dormir ahí, cogí mi pequeña bolsa del asiento de detrás y
subimos.
--
La mañana siguiente, miércoles 15 de diciembre, a las 9:54
llegábamos en taxi a casa de Louis. Lena bajó con su pequeña maleta y, antes de
que pudiéramos llamar al timbre, salieron Harry con una maleta pequeña y Louis
en pijama.
- Buenos días –dijo Lena.
Harry hizo una llamada y un minuto más tarde llegó un coche
negro y paró delante de donde estábamos nosotros.
Cogí a Lena por un brazo y la aparté un poco de los chicos,
para que no nos escucharan.
- Lena, sé que vas a Holmes Chapel con Harry Styles, tu
ídolo, sí, lo sé. Pero sólo quería darte un consejo…
- Dime.
- No fangirlees.
- ¿Perdón?
- O sea, sé que vas a estar muy emocionada, pero contente,
no hagas de Crazy Mofo. Olvídate de que eres directioner y se… Persona.
¿Entiendes?
- Claro –dijo abrazándome-. Te voy a echar mucho de menos,
Hann.
- Y yo a ti, y lo sabes –suspiré-. Nos vemos el 21 para
hacer las maletas para ir a Londres –sonreí.
- Despacio. Primero Holmes Chapel. Luego, Londres, no me
agobies –se rió.
Volvimos con ellos. Harry cogió la maleta de mi amiga y la
puso en el maletero. Luego, le abrió la puerta de detrás y Lena entró en el
coche.
Cuando los dos hubieron subido al coche y el chófer hubo
encendido el motor, Louis y yo empezamos a gritar:
- ¡Que vaya bien!
- ¡Ser sensatos!
- ¡Pasároslo en grande!
El coche arrancó y, mientras nosotros hacíamos adiós con la
mano, se fue antes de desaparecer al girar en la esquina.
Cuando el coche hubo desaparecido de nuestra vista, me giré
hacia Louis, que aún iba en pijama, pasé las manos por su cuello y lo besé.
- Oye, yo aún tengo algo de sueño –le dije-. ¿Vamos a
dentro?
- Sí, claro –dijo sonriendo-. Vamos a “dormir”.
- Tira y calla –dije riéndome.
--
*Narrado por Lena*
Cuando hubimos dejado atrás la
casa de Louis, me puse muy nerviosa de repente.
Para intentar calmarme, analicé la
situación:
“Estás en un coche. El coche lleva
a Holmes Chapel” miré a mi lado. “Contén la calma. VOY A HOLMES CHAPEL CON
HARRY STYLES, OH DIOS MÍO. Joder, que contengas la calma. Respira hondo.
Inspira… Expira. Inspira… Expira. Inspira…”
Y justo entonces, Harry decidió
que era buena momento para pasarme un brazo por mi hombro atrayéndome hacia él.
“Vale, cambio de plan. Acurrúcate
a su lado y déjate llevar.”
Apoyé mi cabeza en su hombro y
cerré los ojos.
Dos horas más tarde, Harry me
susurró a la oreja:
- Lena. Eh, Lena –abrí los ojos-.
Ya hemos llegado.
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