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Lena y yo no volvimos a hablar del tema, ni tampoco le dijimos nada a Coco respecto a su secreto.
Hasta el 19 de Enero, dos días después.
¿Que qué pasó?
19 de Enero 2013
Ese día me levanté a las 8AM. Era el día que debíamos volver a Doncaster. Pero no me había despertado temprano por eso, sino por otro motivo.
Lena y yo queríamos aprovechar que era sábado y Coco dormiría cómo un lirón, es decir, hasta las doce del mediodía o una cosa así; para volver al almacén.
Desayuné y me vestí rápidamente, así que a las 8:30, Lena y yo salimos de casa.
Con mucho cuidado, seguimos el camino que habíamos echo hacía tres días.
Derecha, izquierda, izquierda, derecha.
Escalamos el muro y saltamos de un tejado a otro hasta bajar en uno.
Entramos en la casa vacía de muebles o decoración o muestra de vida alguna.
Entramos en la habitación del fondo del pasillos y escalamos la ventana.
Recorrimos el camino de arena, escalamos la verja y entramos en el almacén.
El otro día que habíamos venido, no habíamos tenido tiempo de verlo todo acuradamente, ya que Coco estaba pintando mientras estuvimos ahí.
Di una vuelta con la vista por la sala. Me llamó la atención que hubiera tantos ojos. Quiero decir, cómo un mismo ojo podía estar pintado de tantas maneras diferentes.
Todos los ojos eran distintos. Unos eran más grandes, otros más pequeños, más abiertos o más cerrados, más alargados... Y a partir de eso, ya había millones de opciones diferentes. Azules, marrones, verdes, lilas. Pestañas largas y negras, o cortas y rubias, o cortas y negras y largas y rubias. Ojos maquillados de todos los colores. Ojos risueños, ojos dormidos, ojos llorando. En total había unos cincuenta ojos.
- ¿Llevas el móvil? -me preguntó Lena.
- Sí, dentro de la riñonera, espera.
Abrí la riñonera y saqué mi móvil. Abrí la cámara y empecé a sacar fotos a todos los graffitis que había pintados en las paredes de ese almacén abandonado.
- Esto es increíble -dijo Lena-. Deberíamos hacer un reportaje.
- Deberíamos -susurré.
Entonces, Lena me dio un codazo muy fuerte.
- ¡Ay! -grité.
Lena me hizo el gesto de callar y me señaló un rincón.
- ¿Qué...? -empecé, pero luego me di cuenta de qué me señalaba Lena.
Ahí, en un rincón del almacén, estaba Coco, durmiendo hecha una bolita.
- Mierda.
- ¿Qué hacemos?
- La despertamos, ¿no?
- Vale.
Lentamente, nos acercamos a ella y nos agachamos a su lado.
- Coco... -susurré, acariciándole el pelo.
De repente, Coco abrió los ojos y, al verme ahí, a su lado, soltó un pequeño chillido y me dio un puñetazo en la nariz.
La que gritó entonces fui yo. Me puse las manos sobre la nariz y retrocedí.
Coco se levantó de un salto y me miró, sorprendida.
- Lo siento, Hannah, perdona, ha sido un acto reflejo, lo siento.
- ¡MI NARIIIZ! Lena, ¿tengo algo?
- No, no te está sangrando. Ah, sí, tienes un poco de sangre aquí debajo. Espera, que te la seco -dijo ella, sacando un pañuelo.
- ¿Qué hacéis aquí?
- Hemos venido a ver tus dibujos a la luz del día.
- ¿A la luz del día? ¿Qué significa eso?
- Que de noche no...
- ¿¡De noche?!
Suspiré.
- El otro día, te seguimos cuando te marchaste de casa hasta aquí.
Coco me miró, con los ojos muy abiertos.
- Tú quieres morir.
Me reí.
- Pues sí. Lena, ya está, déjalo.
- ¿Cómo osáis entrar en mi almacén, mi guarida a ver mi colección de dibujos sin mi permiso? ¿Cómo osáis?
Lena petó la lengua.
- Pues son unos dibujos muy bonitos.
- Claro que son bonitos, son míos -dijo Coco, pasándose una mano por el pelo azulado.
- Algo raros. Pero están muy bien.
- Es arte. No lo entenderíais. Pero... ¿¡Qué hago yo aquí?! -gritó Coco.
- Supongo que te quedaste dormida anoche -dijo Lena.
- Mierda. ¿Qué hora es?
- Las nueve y cuarto.
Coco se fregó la frente.
- Mierda. ¿Qué les habéis dicho a Danielle y Andrew?
- Les hemos dicho que habíamos salido a correr. Creen que tú estás durmiendo.
- Vale. ¿Me podéis cubrir?
- Cubrir, ¿cómo?
- Si me ayudáis a entrar en casa sin que ellas se den cuenta.
- Claro. ¿Pero cómo vamos a hacerlo?
Coco nos guió hasta una pared vacía, cogió un spray rojo y hizo un mapa de la casa, vista desde arriba.
- Tenemos dos problemas. Lo más probable es que se encuentren aquí y aquí -dijo, pintando dos cruces rojas.
- Los dos problemas son Danielle y Andrew, ¿verdad?
- Ajá. Tenemos que conseguir que C, es decir, yo, entre aquí sin que ninguna de las X se entere -dijo, señalando su habitación.
- Podemos colarte por el jardín -dije.
- Está la alarma -dijo Lena.
- Puedo desactivar la alarma por unos minutos. Nadie lo notará.
- Sí, pero no sería eficaz -dijo Coco.
- ¿Por qué?
- La única forma de entrar a la casa des del jardín es por la puerta del comedor. Sería muy evidente.
- Es verdad.
- Yo propongo hacer otra cosa -replicó Coco.
- ¿Cuál?
- Pero no creo que os guste.
- Ay, dios mío -dijo Lena, llevándose una mano a la cabeza.
--
A las 9:41 llegamos a la entrada de casa todos cuatro.
¿Cuatro?, os estaréis preguntando.
Sí, cuatro. Lena, Coco, yo y Felix, el gordo gato negro.
Coco cogió el gato en brazos y se escondió detrás de la alta valla de arbustos.
Lena y yo entramos en casa. Danielle y Andrew estaban en el salón, viendo la tele.
- ¡Hola! -dijo Lena.
- ¡Hola, chicas! ¿Cómo ha ido? -dijo Andrew, sonriendo.
Lena fue al sofá, a sentarse con ellas. Yo, me quedé de pie.
- Bien. Voy a dejar la riñonera en la habitación y ahora vuelvo.
Pero en lugar de eso, fui a la entrada. Busqué el controlador de la alarma, cogí la palanca, y la bajé. Todos los detectores y las cuatro cámaras se apagaron a la vez. Sólo tuve tiempo de ver a Coco preparándose para tirar el gato por encima de los arbustos.
La seguridad de casa estaba desactivada.
Dejé la riñonera en el suelo y entré en el comedor otra vez.
Lena me miró, y yo me toqué la pierna. Era la señal.
Lena esperó diez segundos, y luego dijo:
- ¿Habéis oído eso?
- ¿Qué? -preguntó Danielle.
- Un golpe. Venía del jardín.
- Vamos a ver -dijo Andrew.
Lena, Danielle y Andrew se levantaron y fueron al jardín.
Cuando hubieron desaparecido, corrí hacia la puerta de entrada y la abrí.
- Corre -le dije a Coco, que estaba escondida detrás del coche de Louis-. Entra, rápido.
Coco entró y se fue hacia su habitación corriendo.
Cerré la puerta y volví a activar la seguridad.
Luego, entré en el salón y esperé a que unos veinte minutos después, las tres chicas entraran otra vez. Andrew estaba cargando a Felix.
- Mira, Hannah. Era sólo este gato -sonrió.
- Aaah. ¿Tiene nombre? -pregunté.
- Pues...
- Tiene cara de llamarse Felix -se apresuró a decir Lena.
- Es verdad -dije.
- Sí. Se llamará Felix -dijo Andrew-. ¿Podemos quedárnoslo?
Se hizo silencio.
- Va, ¡por favor! No molestará, ¿a que no, Felix?
El gato maulló y nosotras nos reímos.
- Claro que puede quedarse, creo yo, ¿que decís, chicas? -dijo Danielle.
- Que sí -dijo Lena.
- Por mí perfecto -contesté.
Lena y yo nos fuimos corriendo a la habitación de Coco. Sin llamar a la puerta, entramos.
- ¡Las amas! -exclamó Coco- ¡Manita arriba! -dijo, levantando la mano para que se la chocáramos.
Nos chocamos las manos y nos reímos.
- Olé nosotras.
- Además, Felix se queda.
- ¿Sí? -dijo Coco, ilusionada.
- Sí, Andrew se lo quiere quedar y le hemos dicho que sí -dijo Lena.
- Y hemos conseguido que lo llame Felix, como tú querías -añadí.
- ¡Qué guay!
- Pero, Coco, una pregunta.
- Dime.
- ¿Cómo has conseguido tirar un gato tan gordo por encima de los arbustos?
Coco se rió.
- Bueno, pues es más fácil de lo que parece...
--
Domingo, 28 de Enero 2013.
00:11 AM.
Me despierto. Giró la cabeza: Lena aún está durmiendo en su saco.
Suspiro.
Sin hacer ruido, me levanto y me siento en la butaca que está al lado del sofá.
Cojo el móvil y lo desbloqueo.
Louis
2 mensajes nuevos
Sonrío. Espero a que se abra la aplicación y leo los mensajes.
Él: Haannnnaaaahh
Él: Estoy en Suecia haha
Él: Hann, me voy a dormir, que mañana hay concierto
Él: Buenas noches cielo :) xx
Todos los mensajes los ha mandado a las 22:13. Aún sabiendo que no me va a contestar, respondo.
Yo: Que duermas bien, cariño <3
Y me quedo como una tonta, mirando el móvil, sonriendo.
Y entonces, pasa una cosa impresionante.
Louis se conecta.
Reprimo un chillido y espero a que me conteste.
Él: No puedo dormiiiiir :(
Yo: Hahaha
Yo: Ni yooo :(
Él: Pero todos los chicos están durmiendo y yo me abuuurro
Yo: ¿Qué tal por Suecia?
Él: Lo de siempre. Y tú, por el trabajo ?
Yo: Pues también lo de siempre.
Él: Y lo que me contaste de una tal Kimberly ?
Yo: Bien. No ha dicho nada más.
Él: Se habrá dado cuenta de que es algo estúpido
Yo: Supongo.
Él: Ah ! Mira lo que me he comprado !
Él: *Imagen*
Yo: ¿¡Un pez?!
Él: Siiiii ! Así podrás darle de comer cuando yo no esté :)
Yo: Eres tonto
Él: Pero me quieres
Él: ?
Yo: Demasiado.
Él: Lo sabia, ts.
Yo: Louis
Él: Hannah
Yo: El martes te veooo :)
Él: Siiiii :)
Él: Por fin se acaba todo esto
Yo: ¿Se te ha hecho pesado?
Él: No ! Ha sido maravilloso. Pero a estos chicos no hay quién los aguante.
Yo: Me alegro xx
Él: Oye, tengo que irme...
Yo: ¿Porquéee? :(
Él: Aquí son la 1:26 y mañana tengo que despertarme a las 5 para ir a una radio de aquí :(
Él: Y si me duermo ahí, me matan !
Yo: Hahaha bueno, no pasa nada. ¡Que vaya bien mañana!
Él: Gracias ! Buenas noches :) Un besooo xxx
Yo: Un beso, amor <3
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