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Parte II: You and me together through the storm
Después de haber abierto todos los regalos y haberlo recogido todo, ya era hora de comer; así que los chicos hicieron una llamada y en diez minutos ya teníamos la mesa lista llena de comida.
Comimos pavo, embutidos, ensalada y ensalada, acompañados de pinchos de todos tipos, desde salmón ahumado a mini-hamburguesitas de cebolla.
Después de eso, Louis y yo volvimos a su habitación.
Encima de la cama había un sobre en el que ponía "Hannah" con letras grandes y rojas.
Me giré hacia Louis, y él asentió con la cabeza, confirmándome que ese era el regalo.
Nerviosa, lo cogí y lo abrí.
Sigue las pistas que vayas encontrando;
Sólo si las sigues correctamente podrás llegar a la sorpresa final.
Miré a Louis.
- No podías ponerme las cosas fáciles, ¿eh?
Louis se rió y negó con la cabeza.
- ¿Te apetece que salgamos a dar una vuelta? Así vemos Londres vestida de Navidad.
Suspiré.
- Cómo quiera, señor Tommo.
Sonrió.
- ¿Nos arreglamos un poco o salimos con ropa de estar por casa?
--
Veinte minutos más tarde, los dos ya nos habíamos vestido.
Yo me había vestido con un jersei blanco de manga larga con las palabras "Forever Young" en negro y dos flechas entrecruzadas también negras, unos tejanos pitillo y unos botines del mismo color. También me había recogido el pelo en un moño alto.
Louis se puso el jersei que le había regalado Jay, azul marino con unas gafas estampadas estilo hipster, una sudadera negra y la gorra que le había regalado Zayn de Louisville.
Salimos hacia la entrada de la casa, dónde había los percheros, y me puse una chaqueta de cuero negro.
- ¿Dónde vamos? -preguntó Louis.
Iba a contestar, pero entonces vi un sobre blanco pegado a la pared.
Extrañada, lo cogí y lo abrí.
Pista 1 - Ve dónde la distancia nos impidió disfrutar de nuestra tarde de turismo.
Donde la distancia nos impidió disfrutar de nuestra tarde de turismo...
- Yo sé exactamente dónde debemos ir -dije, y sonreí-. A Trafalgar Square.
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Trafalgar Square. Los recuerdos de aquella tarde caótica, en la que había tenido miedo de perder a Louis y casi me había desmayado, me asaltaron la mente cuando media hora después, bajamos de Tom, el coche de Louis, en la famosa plaza londinense.
Empecé a dar vueltas por ahí buscando un sobre con letras rojas, pero no vi nada.
- Vamos a sentarnos, a tomar algo y a pensar, ¿vale? -dijo Louis unos minutos más tarde.
Nos sentamos en la terraza de un café que había en los bordes de la plaza y pedimos dos capuccinos.
- A ver -dije, pensando en voz alta-. Estoy segura que la pista se refería a Trafalgar Square, ¿verdad? -Louis asintió con la cabeza- Vale. Estamos aquí, ahora: ¿dónde podría estar la siguiente pista?
Empecé a pensar, mientras bebía de mi taza.
Como no se me ocurría nada, al final me decidí por la táctica de hacer que Louis se aburriera hasta tal punto que me diera una pista.
Tal cómo había planeado, dos capuccinos y ocho minutos después, Louis estaba cansado de verme "pensar".
Resopló y dijo:
- A ver, Hannah. ¿No tienes calor?
- No.
- ¿Estas segura que no tienes calor?
- Segura.
- Di que tienes calor.
- Tengo calor.
- Entonces, ¿no querrías... refrescarte?
Abrí la boca para contestar, pero entonces caí.
Me levanté y corrí hacia la fuente que había en medio de la plaza, con Louis detrás mío.
Di una vuelta, y, finalmente encontré el maldito sobre, en un graón, por así decirlo.
Lo cogí, lo abrí y leí en voz alta.
- "Pista 2 - Dónde, gracias a un zumo vertido, un chico y una chica se conocieron." ¿Un zumo vertido? Ehm... Espera, ¿se refiere a Zayn y Lucy, ¿verdad?
- Aaah, yo eso no lo sé.
- Vale, sí, son ellos.
Empecé a correr otra vez.
- ¿¡Pero dónde vas!? -gritó Louis.
- ¡A Harrod's!
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Entré corriendo por las puertas del centro comercial.
Louis, corriendo detrás mío, me gritaba que me aturase, pero yo hacía oídos sordos.
Subí por las escaleras mecánicas y corrí hacia el bar dónde Zayn me había llevado a ver a Lucy, un par de días antes.
Esquivé la multitud y entré en el bar.
Casi inmediatamente distinguí el sobre con letras rojas debajo de una de las mesas.
Disimuladamente, me agaché y lo cogí.
Pista 3 - Para llegar al siguiente destino, primero tendrás que verlo. Y para verlo, tendrás que ir al gran ojo.
Me giré hacia Louis.
- Está chupado -me reí.
Louis sonrió.
- ¿Podemos tomar algo antes de irnos? Estoy cansado.
- ¡No! -grité echando a correr otra vez.
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El London Eye estaba lejos de Harrod's, así que esperé a Louis en su coche.
- ¿Puede llevarme al London Eye, señor taxista?
- Como usted quiera, señorita.
Once minutos después llegamos a la gigante noria.
Abrí la puerta del coche, y esta vez esperé a Louis.
Él se dirigió directamente al principio de la cola, donde un empleado recogía los tickets para montar, y le dijo:
- Soy Louis Tomlinson.
Pensé que el hombre diría algo como "Claro, y yo el rey de Francia", pero no.
El hombre se limitó a asentir con la cabeza, mirar hacia la noria y decir:
- Está a punto de llegar, espere un momento.
Obedecimos al hombre, y un minuto más tarde, nos colamos y nos dejó entrar en una cabina.
Cerró la puerta y la noria se puso en marcha.
Miré por todas partes, pero no encontré el sobre en ninguna parte.
- Louis, no hay sobre.
- Si lo hay.
- No lo hay.
- ¿Qué hora es?
Giré la cabeza, y distinguí el Big Ben, con su gigante reloj, a través de uno de los cristales de la cabina.
Justo en cima de ese cristal, había un compartimento medio abierto.
Puse la mano dentro y cogí la unica cosa que encontré: La carta.
La abrí y leí en voz alta:
- "Pista 4 - Debajo un gran árbol tendrás que ir si tu camino quieres seguir... (mira lo que he hecho aquí haha)". Uff, ahora me has jodido. ¿Un gran árbol?
Busqué a qué se podía referir por encima de Londres, y de repente vi una cosa que me llamó la atención.
La punta de un aveto sobresaliendo por encima de un edificio.
- Claro -susurré-, el aveto gigante...
- AHORA NO PUEDES SALIR CORRIENDO, JÁ.
Me reí.
Ya se estaba haciendo de noche, y Londres empezaba a encender sus luces.
Me cambié de banda, me senté al lado de Louis y apoyé la cabeza en su hombro, decidida a disfrutar el resto de viaje en el London Eye.
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Después de salir de la noria (qué vistas, por dios), volvimos a montar en el coche.
- ¿Dónde la llevo ahora, señorita?
- No tengo ni idea de qué calle es. Pero, al aveto gigante.
Louis arrancó y me llevó hasta la plaza donde habían colocado el gigante árbol de Navidad, que debía medir unos veinte metros.
Antes de que pudiera bajar del coche, él me puso una mano en el hombro y me aturó.
- Aquí no hay sobre -dijo-. No sabía cómo hacerlo para ponerlo y que nadie lo cogiera por error, así que... -alargó la mano hasta el asiento trasero, levantó una manta, cogió el sobre y me lo dio.
Lo miré, sonreí, cogí el sobre y lo abrí.
Pista 5 - Ups, me he equivocado, quería decir donde hubiera MUCHOS árboles grandes...
- ¿Es un parque, verdad?
- No puedo decirlo -dijo, mientras asentía con la cabeza.
Sonreí, divertida.
- El Hyde Park, ¿verdad?
Volvió a asentir.
- No lo sé.
Me reí.
- Rumbo a Hyde Park, entonces.
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Hyde Park era el parque más grande de Londres. Estaba bien situado, y tenía un lago, fuentes y área de picnic, entre otros.
Aparcamos fuera y entramos a pie.
- ¿También hace calor, aquí?
- No -rió Louis-. Aquí hace Niall.
- ¿Niall? Tendrá algo que ver con la comida. Hmm... -pensé- A la zona de picnic, entonces.
Fuimos hasta las mesas de picnic y yo empecé a buscar en ellas. Finalmente encontré el sobre debajo de una de las mesas.
Pista 6 - Pide al chófer que te lleve a la guarida de S. y S.
Me giré hacia Louis, y con voz imperativa, dije:
- Chófer, lléveme a la guarida de S. y S.
Louis hizo una reverencia.
- Por aquí, por favor.
Volvimos al coche, subimos y arrancamos.
- ¿Qué es eso de la "guarida de S. y S."?
- Superman y Spiderman.
- ¿Perdona?
- El piso que compartimos yo y Harry en Londres.
Esto era nuevo.
- ¿Y porqué...?
- Sht -me interrumpió-, no preguntes.
Hice ver que me cerraba la boca con cremallera y esperé en silencio a que llegáramos.
Unos minutos más tarde, Louis aparcó en una acera y los dos salimos del coche.
Le seguí calle arriba, y unos metros más allá nos paramos en un portal.
Louis sacó las llaves y abrió la puerta.
Entramos en el ascensor, Louis marcó el quinto piso y esperé, en una mezcla de nerviosa e impaciente a llegar.
Cuando se abrieron las puertas del ascensor, quedamos en un rellano donde sólo había una puerta.
Louis sacó una targeta, la pasó por una máquina y la puerta se abrió automáticamente.
Entramos en un comedor pequeño. Tres de las paredes eran de un color crema, mientras que la cuarta era totalmente de cristal, ofreciendo unas vistas de la ciudad mejores que las del London Eye.
Había una mesa redonda y pequeña en el medio de la sala perfectamente parada para dos y adornada con un jarrón de flores blancas y rosadas.
- ¿Y mi regalo? -pregunté.
- Encima de la mesa.
Primeramente pensé que el regalo se trataba de la cena, pero luego vi otro sobre encima de uno de los platos.
Me acerqué y lo cogí.
Era exactamente igual que los otros 7 sobres anteriores, sólo que esta vez, en lugar de poner mi nombre, en letra roja y grande ponía "Un último sobre".
Con las manos temblando de emoción, conseguí abrir el sobre.
Date la vuelta.
Sorprendida, cogí el papel con la mano derecha y me giré.
Y ahí estaba Louis, arrodillado en el suelo, con una cajita abierta en mano, como si fuera a pedirme matrimonio.
Pero, dentro de la cajita negra, no había un anillo, sino una pequeña llave.
- Hannah Malker -dijo con voz solemne-. ¿Quieres venir a vivir conmigo?
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