dilluns, 9 de setembre del 2013

Reencuentros - 41

41

- Hola Hannah, ¿puedo hablar contigo?
Miré sorprendida a Zayn. 
Zayn. En la puerta de mi habitación. Había venido a hablar. Conmigo.
- Sí, claro, pasa -le dije.
Zayn entró y cerré la puerta. Me senté en el sofá, y él me siguió y me imitó.
- ¿Está todo bien? -le pregunté.
- Sí, sí, todo va muy bien.
- Me alegro.
- Ya, esto, verás... He venido porque... Hoy he conocido a una chica.
Zayn me contó toda la historia de cómo había conocido a Lucy, y por la manera cómo la describió se podía notar que realmente quería a esa chica.
- Hannah, no sé qué hacer...
- ¡Si está muy claro! Tienes que volver a verla.
- Pero si ni siquiera le he pedido el móvil...
- Pero sabes dónde trabaja.
- Es verdad... Pero, no se...
- Zayn, mírame -él obedeció-. Tienes que conseguir a esa chica.
- ¿Crees que aún estará abierto el café?
- ¿Ahora? Pues... No sé, sólo hay una forma de saberlo.
- Yendo ahí -asentí con la cabeza-. Hannah, ¿me puedes hacer un favor?
- Lo que quieras.
- ¿Puedes acompañarme?
- ¿Yo? Eh... Sí, claro. Pero mejor aviso a Louis.
- Claro, voy a llamar a Paul para avisarle que salgo, te espero en el garaje.
- Vale.

--
Siete minutos más tarde, sí, siete, llegamos a Harrod's.
Zayn aparcó el coche rápidamente y entramos en el centro.
Subimos por las escaleras mecánicas cuatro pisos, y seguí a Zayn hasta que llegamos al café.
Por suerte, estaba abierto.
- Vamos -le dije con una sonrisa-. Entra ahí y consigue el número de esa chica. Tú puedes.
- Gracias, Hannah.
Cogió aire y entró en el café. Yo entré también, pero me quedé al lado de la puerta, mientras que Zayn se acercó a la barra.
La chica estaba detrás de la barra. Zayn se acercó a ella y le dijo algo, y ella le miró, y al darse cuenta de quién era, se mostró sorprendida, y al principio un poco avergonzada. 
Pero en sólo unos segundos, su expresión pasó de la vergüenza al atrevimiento, y empezó a coquetear con él.
Entonces me di cuenta de que esa cara me resultaba conocida.
Yo a esa chica la conocía.
Mientras, ellos dos seguían hablando, él nervioso, ella segura.
- ¡Hannah! -me llamó Zayn- Hannah, ven un momento.
Me acerqué lentamente a la barra. Cuando llegué allí y pude ver a la chica más de cerca, finalmente la reconocí.
Era Lucy Jenkins. La había conocido en un camping, en Bristol, cuando tenía unos quince años.
- Lucy, esta es Hannah, mi amiga, y la novia de Louis.
- Hola -me sonrió ella, y luego frunció el ceño-. Espera, a ti te conozco.
- Creo que sí -respondí-. ¿Puede ser de un camping, en Bristol, hace ya unos... seis años?
- ¡Sí! Es verdad... Que casualidad, volverte a encontrar.
- Pues sí -reí.
- Lucy -dijo Zayn-, mañana tenemos una comida para celebrar el cumpleaños de Louis, y tengo derecho a traer una invitada, y he pensado que quizá querrías...
- ¿Yo?
- Sí, bueno, pensé...
- Sí. Vendré -sonrió.
"Qué bien se lo tomará Louis..."
- Perfecto, pues... ya te llamaré.
- Vale. Un placer volverte a ver, Hannah.
- Lo mismo digo -sonreí-. Zayn, ¿vamos?
- Sí, claro. Adiós, Lucy.
- Adiós, Zayn. Llámame, ¿eh?
- Sí, sí, tranquila. Adiós...

--
Introduje las llaves en la cerradura de la puerta de la casa y abrí la puerta. 
Dejé mi chaqueta de cuero en el colgador, y Zayn y yo entramos en el comedor. 
Los chicos estaban sentados en el sofá, viendo la tele. Las chicas no estaban.
- Hola -dije entrando.
- Hola, cielo -dijo Louis, que estaba bebiendo Coca-Cola.
- ¡Louis!
- ¡Zayn!
- ¿Sabes la chica del bar? Aquella de pelo marrón claro y ojos azules.
- Sí, me acuerdo.
- Pues la he invitado a la comida de mañana.
Louis escupió toda la bebida que tenía en la boca.
- ¿¡QUÉ?!
- LOUIS, IMBÉCIL -gritó Harry-. ME HAS ESCUPIDO LA COCA COLA ENCIMA.
- Sí -respondió Zayn-. Me dijiste que podía traer a alguien.
- Sí, ya, pero, bueno, sí, vale.
- Oye -interrumpí-, ¿dónde están las chicas?
- Están en la habitación de... en tu habitación -respondió Liam.
- Vale, seguid discutiendo.
Fui por el pasillo y llamé a la puerta de mi habitación.
- ¿Quién es? -gritó Lena des de dentro.
- Hannah.
- Ah, espera.
Lena abrió la puerta, que estaba cerrada con pestillo.
- Entra.
- ¿Qué estáis haciendo que sea tan secreto?
Lena se rió.
- Ven, y te lo enseño.

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