dilluns, 9 de setembre del 2013

Reencuentros - 40

40.

Los chicos llegaron un poco más tarde de lo que Louis había previsto. 
Salimos de Harrod's seguidos de Paul y otro guardaespaldas y nos dirigimos a Nando's.
Prepararon una mesa aislada para nosotros en un rincón del local.
Niall nos contó que Nando's era su cadena de restaurantes favorita en todo el Reino Unido, y que había llevado a Andrew ahí en su primera cita.
Comimos pollo, básicamente, y luego volvimos a Harrod's.
Decidimos separarnos: Lena, Danielle, Andrew y yo nos fuimos por una banda, y los chicos por otra.



*Las chicas - Hannah*
Nosotras no teníamos muy claro qué queríamos comprarles a los chicos, así que decidimos dar un par de vueltas a la planta a ver qué se nos ocurría.
Yo ya tenía un regalo para Louis, pero también le compré una sudadera en la que ponía "If you have got haters, it means you're doing it all well" es decir, "Si hay gente que te odia, significa que lo estás haciendo todo bien". 
Las chicas también compraron algunas cosas para sus novios. 
Luego cogí a Lena por banda y corrimos a una tienda donde habíamos visto una cosa perfecta para regalarles a Andrew y Danielle.
Lo compramos y volvimos con ellas.
Comprobamos las bolsas, saqué el teléfono y llamé a Louis.
- ¿Lou?
- Hann.
- Nosotras ya estamos. ¿Dónde estáis?
- En la tercera planta.
- La de ropa.
- ... Sí.
- Bueno -me reí-. Vamos hacia ahí.
- Eh... Vale, os esperamos.
- Hasta ahora, cielo.
- Hasta ahora...
Fuimos hacia las escaleras mecánicas y bajamos un par de plantas. 
Los chicos estaban esperándonos en la entrada de la sección.



*Los chicos - Zayn*
Lo cierto es que era un poco triste que todos los chicos tuvieran novia menos yo. Siempre estaban con ellas, y yo me encerraba en mi habitación y me dedicaba a dormir o a mirar la tele.
Pero no me sentía triste por ser soltero, como muchos pensaban. Me limitaba a pensar que la chica de mis sueños estaba ahí fuera, en alguna parte de Londres, y que algún día de estos la encontraría.
Por fin llegó ese día.
Lo que sí echaba de menos era pasar un rato los cinco juntos, sólos, sin novias, ya sabéis, sólo tíos.
Cuando nos separamos de las chicas, en lugar de pensar qué queríamos comprar, entramos en la primera tienda que encontramos. Resultó ser de electrónica.
Fuimos de tienda en tienda, mirando las cosas que habían. Si había algo que nos gustaba, simplemente nos lo comprábamos. 
Una decena de tiendas más tarde, decidimos hacer una pausa y nos metimos en un café que había.
Me pregunto qué habría pasado si no hubiéramos entrado en ese café, ya que allí es dónde nos esperaba mi protagonista.
Bueno, cale decir, que cuando uno espera encontrar su alma gemela, espera que se vean, se enamoren a primera vista, empiecen hablando por cualquier chorrada pero sigan hablando, que suceda de una forma natural, pero a la vez bonita y romántica.
Pero esa vez, no fue así.
Pedimos bebidas para hidratarnos un poco y nos sirvieron casi en seguida.
Todo fue normal hasta que se me ocurrió decir:
- Chicos, voy un momento al baño, esperadme aquí. 
Me levanté, pero al girarme choqué con una camarera, ya que no la había visto, y bolqué los vasos que llevaba en una bandeja, cayéndole todo el zumo encima.
La chica chilló y alzó la cabeza hacia mis ojos.
- ¿¡Pero qué...?!
La miré. Tenía el pelo liso de un marrón muy claro, casi llegando a rubio, y unos ojos azules y profundos. 
Era realmente bonita.
- Yo, esto... Perdona -dije avergonzado.
Me miró, se sonrojó un poco, abajó la cabeza y dijo:
- No, no. No pasa nada. Yo... Ahora lo recojo.
- ¿Puedo ayudarte?
- No, osea, gracias, pero no es necesario.
- ¿Seguro?
- Sí, claro.
- Ya...
Nos quedamos mirándonos a los ojos. Ninguno de los dos tenía valor para apartar la mirada.
- Bueno, pues...
- Esto...
- Eh...
- ¡Lucy! -gritó un empleado des de detrás de la barra- No entretengas a los clientes, y recoge esa porquería.
- Sí, perdón -se giró hacia mí otra vez-. Voy a ver si puedo... Ya sabes, recoger, todo esto.
- Hm, sí, vale. Y perdona.
- Nada, nada.
Me apresuré a entrar en el baño y me miré al espejo. Finalmente la había conocido.
Me lavé la cara, me lavé las manos y volví con los chicos, buscando con la mirada a Lucy, pero no la vi en ninguna parte.
Me senté en la mesa. Entonces vi que ella me miraba des de detrás de la barra.
Después de que los chicos se rieran un poco de mí, y de unas cuantas miradas avergonzadas entre Lucy y yo, salimos del café y entramos en varias tiendas más.
Los chicos compraron varias cosas más, mientras que yo compré algo por inercia pero en realidad no podía sacarme a la chica de pelo marrón café y ojos azules de mi cabeza.
Estábamos en una tienda de ropa cuando llamaron a Louis.
- ... Sí... Vale, os esperamos... Hasta ahora -colgó-. Chicos, las chicas ya han terminado y están viniendo.
En poco llegaron Hannah, Lena, Danielle y Andrew. Llamamos a Paul y nos condujo de vuelta a casa.
Fui a mi habitación, me duché y vestí. Me tiré en mi cama y empecé a pensar en Lucy, repasé nuestra conversa mentalmente. 
Luego, salí al pasillo, decidido, y llamé a la puerta de Hannah.
Ella me abrió, y me miró sorprendida de encontrarme ahí.
- Hola Hannah, ¿puedo hablar contigo?

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada