dijous, 23 de gener del 2014

Reencuentros - 98 (Parte I)

98

Eran cerca de las ocho y media cuando llegó el camión con todas las cajas de mi piso. Sólo unos minutos después, estaban todas descargadas y en la habitación correspondiente.
- Dormimos aquí esta noche, ¿no? -me aseguré.
- Sí, si te parece bien. Pero, todas tus cosas están en cajas, ¿cómo...?
- No te preocupes por eso -le interrumpí-. Ya me lo imaginé, así que entre las cajas dejé una mochila con las cosas necesarias dentro. ¡Voy a ver si la han traído! -grité, y eché a correr escaleras arriba.
Una vez arriba, me encontré un problema. ¿La habitación estaba a la izquierda o a la derecha?
- ¡A la izquierdaaa! -gritó Louis, leyendo mi mente, desde abajo.
Es verdad. Al final del pasillo de la izquierda estaba la puerta nuestra habitación.
"Nuestra. No es la mía, no es la suya. Ahora es nuestra. De los dos."
Un escalofrío me recorrió la espinada, y, emocionada, entré en nuestra habitación.
Fui al montón dónde los hombres habían dejado todas las cajas amontonadas y empecé a rebuscar hasta que encontré la mochila. La abrí y comprobé que todo estuviera dentro: Sí, lo estaba.
- ¡Todo en ordeeen! -grité, bajando las escaleras otra vez.
Salté por encima del sofá, y del mismo salto me senté al lado de Louis.
Él me miró y sonrió.
- Oye, ¿te apetece una hamburguesa?
- ¡Claro!
- Pues vamos, que hay un Hollywood por aquí cerca.
- ¡Pero si acabo de sentarme!
- Se sienteee -dijo él, que ya estaba cogiendo su sudadera.

--
Louis y yo fuimos a cenar a un Foster's Hollywood que había a un par de esquinas de casa, de la nueva casa, la casa de verdad, no el pequeño piso en el que vivía antes.
Nos comimos dos hamburguesas dignas de su nombre (hamburguesas), de esas que sólo verlas se te hace la boca agua, que apenas te entran en la boca cuando intentas morderlas.
Conseguí engañar a Louis y pagué yo la cena, aunque él no paró de retraérmelo todo el viaje de vuelta a casa.
Entrar en la casa era un placer, había espacio, podía correr, podía escaparme de los brazos de Louis sin miedo a chocar con algo o romper nada. Y todo lo que me faltaría por ver.
Antes de irnos a la cama, Lou y yo salimos al jardín. Había una piscina en forma de alubia, algunos arbustos y, cómo no, un árbol. Uno. No pude evitar reírme al recordar cómo Coco había hecho desaparecer el único árbol que había en el jardín de la casa de Londres.
Mi chico se sentó a los pies del árbol, que creo que era un manzano, y me hizo una seña para que fuera con él.
Fui hacia él y me senté en su regazo. Tumbé la cabeza hacia atrás, recostándola así sobre su espalda; y él apoyó la suya en mi cuello.
¿Qué pasó, cinco minutos? ¿Diez? ¿Veinte? ¿Media hora? ¿O quizás una hora entera?
No lo sé. Junto a él, toda mi noción del tiempo desaparecía.
Recuerdo que al final, me levanté, ignorando las quejas de él, le dije que me tenía que ir a dormir, que la mañana siguiente me iba a trabajar.
Él suspiró. Se levantó, me cogió la mano y los dos subimos al piso de arriba.
Entramos en nuestra habitación, me puse el pijama y me lavé los dientes. Cuando salí del baño, me encontré con que Louis se había quedado dormido en la butaca.
Qué mono. Con esa cara, tan perfecta, esa sonrisa, tan dulce, esa expresión de felicidad que me hacía morir de amor, y a la vez esa mueca de cansancio que se mostraba en su rostro.
Con un beso suave, lo desperté. 
"A dormir, a la cama, que así puedo tumbarme a tu lado", le dije.
Él sonrió y me besó otra vez. Se levantó de la butaca, anduvo dos pasos, y se tiró encima de la cama.
Me metí en mi lado y di unos golpecitos suaves al colchón, haciéndole un señal para que él entrara también.
Louis me hizo caso, y se metió debajo del edredón. Pasó los brazos por mi cintura y me atrajo hacia él. Me dio un beso en la mejilla.
"Buenas noches, princesa, te quiero" fue lo último que oí antes de dormirme.

--
- ¡AU! -grito de repente. Abro los ojos. Estoy en el suelo.
¿En el suelo? ¿Qué es esta alfombra? ¿Dónde estoy?
- ¡Hannah! ¿Estás bien? -grita Louis, de repente, levantándose de la cama de un bote y corriendo a mi lado.
Ah, sí. La cama. Me he caído de la cama.
- ¿Hannah? -el tono de su voz suena preocupado.
- Lou...
- ¿Estás bien? ¿Te has hecho daño?
- Buenos días...
- Buenos días -suspira él, aliviado.


*Mañana os subo la segunda parte. Besosssssss'xx*

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada