Te quiero Andrea, este 73 hiper-largo va para ti :)
Que lo disfrutes, ¡un beso!
-Anna'xx
73
Baby you light up my world like nobody else.
WHAT MAKES YOU BEAUTIFUL - One Direction
- Día 5. Hemos hecho la mitad de las cajas –Louis señaló con
el zapato que sostenía con la mano, como micrófono, una pila de cajas de cartón
amontonadas-. Aún nos queda empaquetar todo el armario y mi habitación. Nos
quedan… ¡Hannah! ¿Cuántos días quedan?
- ¡Cinco!
- Nos quedan cinco días para empaquetar la resta de cosas
antes de que empiece el maravilloso, asombrante y tan esperado… ¡Take Me Home
Tour!
- Louis, ¡deja el maldito zapato en la caja y ven a ayudarme
con los libros!
- El deber me llama. Y esto ha sido todo por hoy de su
reportero favorito, ¡Louis Tooomlinson!
- ¡Corten! –grité- ¡Y ahora, ven!
- ¡A su servicio! ¿Qué tengo que hacer?
- Tienes que seleccionar los libros que son tuyos, y los
clasificas cómo quieras. Luego los vas guardando en cajas como… Louis, yo
también te quiero, pero ahora quita los brazos de mi cintura y ayúdame con los
malditos libros.
- Está bien…
Empecé a coger grupos de libros y amontonarlos en el suelo.
- Louis, ¿estás conmigo?
- Síii.
Me giré. Ahí estaba, en el sofá, con un libro abierto.
- ¿Qué haces?
- Leer.
Louis levantó el libro y me lo mostró.
- Mira, Hannah, ¡soy yo! –gritó, señalando al Louis de la
foto.
- Precioso. Como siempre. Ahora, ¿me ayudas?
Suspiró.
- Qué dura es la vida.
- Sí, qué injusta. Vamos, es fácil. Sólo tienes que coger
los libros de este piso y amontonarlos en el suelo. Es fácil.
- Vale…
Volví a mi trabajo. Fui apareándolos en grupos de cuatro
para hacerlo más fácil.
- You’re
insecure, don’t know what for. You’re turning heads when you walk through the
do-o-or.
- Louis…
- Don’t
need make up, to cover up. Being the way that you are is en-o-o-ough.
Me di la vuelta y vi a Louis, cogiendo el mando de la tele,
y usándolo como micrófono.
- Everyone
else in the room can see it, everyone else but yo-ou.
- Cielo.
- BABY YOU
LIGHT UP MY WORLD LIKE NOBODY ELSE, THE WAY THAT…
- ¡LOUIS!
Louis paró de saltar y se giró hacia mí. Puso cara de
perrito triste.
Suspiré.
- … you
flip your hair… -canté.
- … GETS ME
OVERWHELMED, THE WAY YOU SMILE AT THE GROUND IS SO HARD TO TELL, YOU DON’T
KNO-O-OW. YOU DON’T KNOW YOU’RE BEAUTIFUL, OH-OH…
Dio un salto en el aire rápidamente y me apuntó con el mando
de la tele, dándome pie.
-… and
that’s what makes you beautiful!
- ¡Solo de mando! –gritó, y empezó a tocar el mando como si
fuera una guitarra eléctrica.
Cerré los ojos y me puse a reír.
- No vamos a terminar nunca, ¿lo sabes?
- PERO DÉJAME DISFRUTAR, AÚN SOY UN NIÑO –gritó, haciendo
ver que se ponía a llorar.
- Pues si eres un niño pequeño te voy a apuntar a una guardería,
¿sí? Y ya verás cómo tienes tiempo para “disfrutar”.
Louis me miró con el ceño fruncido.
- Eres una mala persona, Hannah Malker.
- Yo también te quiero, Louis Tomlinson. Voy a seguir con
los libros, puedes quedarte en el sofá cantando si quieres.
No hizo falta que lo dijera dos veces. Lou se tiró al sofá y
se puso a cantar la resta de la canción de What
Makes You Beautiful mientras yo hacía el trabajo de meter los libros en las
cajas.
- Oye, Hannah –dijo, cuando terminó de cantar, dos minutos
después-. ¿Nos vamos a comer?
Me giré hacia él y lo miré a los ojos.
- Si nos quedamos, no vas a hacer nada, ¿verdad?
- Nada en absoluto.
Suspiré.
- Pues vámonos a comer.
--
La resta de días que estuvimos haciendo las cajas de mudanza
fueron cosas parecidas. No había mucho trabajo por hacer, pero tampoco era muy
eficaz trabajar con Louis, así que no terminamos de empaquetarlo todo
completamente hasta el 14 de Enero, el día antes que empezara el Take Me Home
Tour en Londres.
El día 15 de Enero, me desperté a las nueve de la mañana.
Recuerdo levantarme, cambiarme e ir al comedor; y
encontrarme a Andrew, Lena y Danielle sentadas en el sofá, comiendo tarta de
queso y fresas.
Me contaron que los chicos se habían ido media hora antes
hacia la oficina del management en Londres, a hacer los últimos preparativos
para la gira.
Tengo que confesar que hasta entonces no me acordé de qué
día era.
Desayuné con las chicas, y luego, se levantó Coco.
A ella le daban igual los modales, la educación o como fuera
que la gente normal lo llamara.
Coco nunca se arreglaba para salir al comedor a desayunar.
Venía con su pijama arrugado y violeta con textura de seda, y el pelo algo
escabullido.
Pero había algo peor que su aspecto.
- Coco, hoy es lunes.
- Mañana martes.
- ¿No deberías estar en la escuela?
- Ah, lo dices por eso. No, hoy hay vaga.
- ¿Vaga?
- Sí, de estudiantes.
- ¿Y por qué?
- A saber –dijo, con una sonrisa.
Me reí.
- Lena, algún día tenemos que organizar una vaga en la
oficina.
- ¿Puedo ayudaros a organizarla? –preguntó Coco, emocionada.
- Claro.
- Y hacemos pancartas y colgamos carteles y revestimos toda
la oficina con papel de váter…
- Sí, pero…
- Y que todo el mundo se ponga encima de las mesas
gritando...
- Coco, no…
- Ya me lo imagino. NO A LOS DESAHUICIOS, NO A LOS
DESAHUICIOS. HIPOTECAS PARA TODOS, HIPOTECAS PARA TODOS.
Todas nos reímos mientras Coco se servía una taza de café y
asentía con la cabeza.
- Sí, haría furor.
- Estás como una jodida cabra.
Coco sonrió y se pasó una mano por el pelo rubio, con gesto
de superioridad.
- Ya. Me lo suelen decir.
--
Más tarde, los chicos llamaron para decir que iban a comer
con los del management, porque les obligaban, y que esa tarde fuéramos al
concierto inaugural del Take Me Home Tour, en el O2 Arena.
Decidimos llamar a Perrie y salimos a comer las cinco
juntas. Coco quedó con unas amigas suyas de la escuela para celebrar que no
tenían clase.
Perrie nos llevó a un restaurante que le habían recomendado
en Londres, y que ella describía como “pequeño, pero acogedor. Y se come muy
bien”.
Ya estábamos tomando el postre en la terracita que tenía el
restaurante, cuando el móvil de Lena sonó.
Ella lo cogió y puso el altavoz.
- ¿Sí?
- ¡Hi! –respondieron los chicos a la vez.
- Cariño -empezó Harry, ¿dónde estáis?
- Hemos salido a comer, ¿por qué? ¿Dónde estáis vosotros?
- Saliendo de casa. Hemos ido a recoger las maletas y no
estabais.
- ¡Diez minutos y estamos ahí!
- No, no, si ya nos vamos.
- Ah…
- Sólo deciros que a las siete empieza el concierto, así que
a las seis y media estad ahí. Entráis, decís quién sois y ya os darán la
acreditación, ¿sí?
- Estupendo. Pues ahí nos vemos.
--
Lunes, 15 de Enero. Primer día del Take Me Home Tour.
18:32
- ¿Nombre?
- Hannah Malker.
- ¿Viene con…?
- Louis Tomlinson.
El hombre, vestido de negro, revisó la lista y tachó un
nombre.
Luego, buscó un en una caja un carnet.
- Aquí lo tienes.
Cogí el carnet que me alargaba el hombre y entré en el
recinto.
Mientras esperaba a que las otras ficharan, leí
detenidamente el carnet.
Hannah
Malker
ONE
DIRECTION – Take Me Home Tour
London O2 Arena – 15/01/13
Acreditación especial para backstage.
Me lo colgué del cuello y esperé a las otras.
- ¿Vamos? –dije, cuando Lena, Andrew y Danielle hubieron
fichado.
Perrie ya estaba dentro. Había tenido que venir antes por “cosas
de trabajo, ya sabéis”.
Seguimos el pasillo y salimos en tribuna, donde teníamos los
asientos.
Hacía ya media hora que los teloneros habían empezado su
actuación, antes de que empezara la de los chicos. Sin embargo, el estadio ya
estaba lleno de chicas con pancartas y sin pancartas.
- ¿Podemos quedarnos diez minutos? Niall me ha hablado mucho
de esta banda. Me gustaría escuchar alguna canción –dijo Andrew, con su perpetua
sonrisa.
Nos apoyamos en la brandilla y miramos a los chicos del
escenario.
Eran cuatro; tres rubios y otro moreno. Uno de los rubios
tocaba la batería mientras los otros tres tocaban la guitarra y cantaban.
La canción que estaban tocando en ese momento era realmente
bonita. Me gustó.
Me hice una nota mental para averiguar cómo se llamaba.
A las 18:46, salimos de tribuna y volvimos a entrar en los
pasillos blancos.
Avanzamos por el pasillo siguiendo los carteles, hasta
llegar a una puerta con el cartel de “Backstage – One Direction” colgado.
Di tres golpes en la puerta y esperé a que alguien
contestara.
Nada.
Llamé otra vez.
- Chicos, ¡somos nosotras! –dijo Lena, a ver si así nos
oían.
- ¡Chicas! ¿Ya estáis aquí? –dijo Perrie, acercándose a
nosotras.
- Sí. ¿Y los chicos?
- En el parking.
- ¿¡En el parking?! ¡¿Y qué leches hacen ahí?!
- Han cogido un cochecito y están dando vueltas huyendo de
Paul. Menos Zayn. Zayn ha cogido una segway.
- ¡Pero si son y 48!
- Quedan diez minutos para que salgan al escenario y estamos
intentando pillarlos, sí.
- Dios mío…
Bajamos las escaleras corriendo hasta llegar al subterráneo
donde se encontraba el parking y entramos por la puerta, que estaba abierta.
- ¡NO LO CONSEGUIRÁS, PAUL! –gritaba Louis, que era el que
conducía el cochecito, con los otros tres detrás.
Paul iba detrás suyo, con un cochecito también.
- Hombre, ¡hola chicas! –gritó Zayn, pasando delante nuestro
y levantando una mano a señal de saludo, huyendo también de un guarda de
seguridad rubio que lo perseguía corriendo.
Louis conducía sorprendentemente mal. Me extrañó que no hiciera chocar el cochecito contra alguna pared.
Dos minutos después, finalmente el cochecito de Louis,
Harry, Niall y Liam se paró, los chicos se bajaron de un salto e intentaron
huir corriendo, pero el segurata fue más listo y los atrapó.
Con el guarda rubio cargando a Zayn como a un saco de
patatas, y dos otros guardas arrastrando a los demás, los metieron en el
montacargas y pulsaron el 2 sin que tuvieran tiempo de escaparse.
- Uy, hola –dijo Harry, levantándose del suelo el primero.
- Quedan cinco minutos para que salgáis al escenario, ¿lo
sabéis?
- ¿¡Cinco?!
- En realidad seis.
- Ah, ¡bueno! ¡Eso lo cambia todo! –chilló Louis.
--
Mandaron a los chicos con la estilista los cinco minutos que
les quedaban, los peinaron, los cambiaron y los arreglaron; y a las 7:02,
salieron al escenario.
Aparecieron en el medio del escenario al abrirse las
puertas, e inmediatamente se pusieron a cantar What Makes You Beautiful.
Las chicas del público empezaron a chillar. Y con “las
chicas del público” también me refiero a Lena.
Sería la novia de Harry, conocería a los chicos y todo lo
que quisiera, sí.
Pero nada de eso le podía quitar a una directioner la
experiencia de su primer concierto.
El concierto fue épico. Había tenido tiempo de escucharme el
nuevo álbum entero, pero puedo aseguraros que en directo, era otra cosa.
Cuando terminó, los chicos desaparecieron por donde habían
entrado, la gente empezó a irse y Perrie nos guió hacia backstage otra vez.
Cuando llegamos, los chicos ya estaban duchados y cambiados,
menos Liam, que aún estaba en la ducha.
- ¡Hannah! –gritó Louis, al verme, y vino corriendo hacia
mí. Me levantó por los aires y me besó- ¿Te ha gustado?
- ¿Que si me ha gustado? Habéis estado estupendos.
- Me alegro –sonrió él.
- ¿Y ahora?
- Nos vamos al aeropuerto. Ya salimos para París.
- ¿¡Ya!?
Louis asintió con la cabeza.
- Bueno… ¿Podemos acompañaros, al menos?
- ¡Claro!
--
10:47
Aeropuerto de Heathrow, Londres.
Estamos en la pista. Ya han bajado la escalera del avión, y
nos estamos despidiendo.
- Así que París, eh... –digo, más que nada para decir algo.
Louis me mira fijamente a los ojos. Sé que sobran las
palabras, pero no quiero que se vaya sin decirle adiós.
- Sí. París, Francia. Luego vendrán España, Italia, Alemania,
Suecia, Irlanda y volvemos a Inglaterra.
- Vas a ir a París. Y vas a ir sin mí –susurro.
- Prometo llevarte a París, ¿vale? Pero hoy debo irme con
estos cuatro chiflados.
- Sabes que van a ser dos semanas muy duras para mí,
¿verdad?
- Sabes que también lo van a ser para mí.
Suspiro.
- Te echaré de menos, cielo –le digo, besándolo.
- Y yo a ti, cariño. Muchísimo.
- ¡Vamos, Louis! ¡Sube ya! –grita el segurata.
Louis me da un último beso en los labios. Le pongo la mano
en el brazo, no quiero que se vaya, pero a medida que se aleja le toco el
brazo, el codo, la mano, los dedos… Y luego ya nada.
- ¡Cuida a mi pez! –grita, mientras sube las escaleras del
avión.
- ¡Pero si no tienes! –chillo.
- ¡Pues me compraré uno! –grita, antes de que se cierre la
puerta del avión.
Minutos más tarde, el avión despega, y, aunque sé que no
puede verme, le hago adiós con la mano, imaginándome que detrás de esa
ventanita él está haciendo lo mismo.
Y el avión se aleja de mi vista mientras yo me preparo para
lo que prometen ser dos semanas muy largas y muy duras.
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