dijous, 21 de novembre del 2013

Reencuentros - 73

Feliz cumpleaños a la mejor fea del mundo entero... ¡Mori!
Te quiero Andrea, este 73 hiper-largo va para ti :)
Que lo disfrutes, ¡un beso!
   -Anna'xx



73

Baby you light up my world like nobody else.
WHAT MAKES YOU BEAUTIFUL - One Direction


- Día 5. Hemos hecho la mitad de las cajas –Louis señaló con el zapato que sostenía con la mano, como micrófono, una pila de cajas de cartón amontonadas-. Aún nos queda empaquetar todo el armario y mi habitación. Nos quedan… ¡Hannah! ¿Cuántos días quedan?
- ¡Cinco!
- Nos quedan cinco días para empaquetar la resta de cosas antes de que empiece el maravilloso, asombrante y tan esperado… ¡Take Me Home Tour!
- Louis, ¡deja el maldito zapato en la caja y ven a ayudarme con los libros!
- El deber me llama. Y esto ha sido todo por hoy de su reportero favorito, ¡Louis Tooomlinson!
- ¡Corten! –grité- ¡Y ahora, ven!
- ¡A su servicio! ¿Qué tengo que hacer?
- Tienes que seleccionar los libros que son tuyos, y los clasificas cómo quieras. Luego los vas guardando en cajas como… Louis, yo también te quiero, pero ahora quita los brazos de mi cintura y ayúdame con los malditos libros.
- Está bien…
Empecé a coger grupos de libros y amontonarlos en el suelo.
- Louis, ¿estás conmigo?
- Síii.
Me giré. Ahí estaba, en el sofá, con un libro abierto.
- ¿Qué haces?
- Leer.
Louis levantó el libro y me lo mostró.
- Mira, Hannah, ¡soy yo! –gritó, señalando al Louis de la foto.
- Precioso. Como siempre. Ahora, ¿me ayudas?
Suspiró.
- Qué dura es la vida.
- Sí, qué injusta. Vamos, es fácil. Sólo tienes que coger los libros de este piso y amontonarlos en el suelo. Es fácil.
- Vale…
Volví a mi trabajo. Fui apareándolos en grupos de cuatro para hacerlo más fácil.
- You’re insecure, don’t know what for. You’re turning heads when you walk through the do-o-or.
- Louis…
- Don’t need make up, to cover up. Being the way that you are is en-o-o-ough.
Me di la vuelta y vi a Louis, cogiendo el mando de la tele, y usándolo como micrófono.
- Everyone else in the room can see it, everyone else but yo-ou.
- Cielo.
- BABY YOU LIGHT UP MY WORLD LIKE NOBODY ELSE, THE WAY THAT…
- ¡LOUIS!
Louis paró de saltar y se giró hacia mí. Puso cara de perrito triste.
Suspiré.
- … you flip your hair… -canté.
- … GETS ME OVERWHELMED, THE WAY YOU SMILE AT THE GROUND IS SO HARD TO TELL, YOU DON’T KNO-O-OW. YOU DON’T KNOW YOU’RE BEAUTIFUL, OH-OH…
Dio un salto en el aire rápidamente y me apuntó con el mando de la tele, dándome pie.
-… and that’s what makes you beautiful!
- ¡Solo de mando! –gritó, y empezó a tocar el mando como si fuera una guitarra eléctrica.
Cerré los ojos y me puse a reír.
- No vamos a terminar nunca, ¿lo sabes?
- PERO DÉJAME DISFRUTAR, AÚN SOY UN NIÑO –gritó, haciendo ver que se ponía a llorar.
- Pues si eres un niño pequeño te voy a apuntar a una guardería, ¿sí? Y ya verás cómo tienes tiempo para “disfrutar”.
Louis me miró con el ceño fruncido.
- Eres una mala persona, Hannah Malker.
- Yo también te quiero, Louis Tomlinson. Voy a seguir con los libros, puedes quedarte en el sofá cantando si quieres.
No hizo falta que lo dijera dos veces. Lou se tiró al sofá y se puso a cantar la resta de la canción de What Makes You Beautiful mientras yo hacía el trabajo de meter los libros en las cajas.
- Oye, Hannah –dijo, cuando terminó de cantar, dos minutos después-. ¿Nos vamos a comer?
Me giré hacia él y lo miré a los ojos.
- Si nos quedamos, no vas a hacer nada, ¿verdad?
- Nada en absoluto.
Suspiré.
- Pues vámonos a comer.

--
La resta de días que estuvimos haciendo las cajas de mudanza fueron cosas parecidas. No había mucho trabajo por hacer, pero tampoco era muy eficaz trabajar con Louis, así que no terminamos de empaquetarlo todo completamente hasta el 14 de Enero, el día antes que empezara el Take Me Home Tour en Londres.
El día 15 de Enero, me desperté a las nueve de la mañana.
Recuerdo levantarme, cambiarme e ir al comedor; y encontrarme a Andrew, Lena y Danielle sentadas en el sofá, comiendo tarta de queso y fresas.
Me contaron que los chicos se habían ido media hora antes hacia la oficina del management en Londres, a hacer los últimos preparativos para la gira.
Tengo que confesar que hasta entonces no me acordé de qué día era.
Desayuné con las chicas, y luego, se levantó Coco.
A ella le daban igual los modales, la educación o como fuera que la gente normal lo llamara.
Coco nunca se arreglaba para salir al comedor a desayunar. Venía con su pijama arrugado y violeta con textura de seda, y el pelo algo escabullido.
Pero había algo peor que su aspecto.
- Coco, hoy es lunes.
- Mañana martes.
- ¿No deberías estar en la escuela?
- Ah, lo dices por eso. No, hoy hay vaga.
- ¿Vaga?
- Sí, de estudiantes.
- ¿Y por qué?
- A saber –dijo, con una sonrisa.
Me reí.
- Lena, algún día tenemos que organizar una vaga en la oficina.
- ¿Puedo ayudaros a organizarla? –preguntó Coco, emocionada.
- Claro.
- Y hacemos pancartas y colgamos carteles y revestimos toda la oficina con papel de váter…
- Sí, pero…
- Y que todo el mundo se ponga encima de las mesas gritando...
- Coco, no…
- Ya me lo imagino. NO A LOS DESAHUICIOS, NO A LOS DESAHUICIOS. HIPOTECAS PARA TODOS, HIPOTECAS PARA TODOS.
Todas nos reímos mientras Coco se servía una taza de café y asentía con la cabeza.
- Sí, haría furor.
- Estás como una jodida cabra.
Coco sonrió y se pasó una mano por el pelo rubio, con gesto de superioridad.
- Ya. Me lo suelen decir.

--
Más tarde, los chicos llamaron para decir que iban a comer con los del management, porque les obligaban, y que esa tarde fuéramos al concierto inaugural del Take Me Home Tour, en el O2 Arena.
Decidimos llamar a Perrie y salimos a comer las cinco juntas. Coco quedó con unas amigas suyas de la escuela para celebrar que no tenían clase.
Perrie nos llevó a un restaurante que le habían recomendado en Londres, y que ella describía como “pequeño, pero acogedor. Y se come muy bien”.
Ya estábamos tomando el postre en la terracita que tenía el restaurante, cuando el móvil de Lena sonó.
Ella lo cogió y puso el altavoz.
- ¿Sí?
- ¡Hi! –respondieron los chicos a la vez.
- Cariño -empezó Harry, ¿dónde estáis?
- Hemos salido a comer, ¿por qué? ¿Dónde estáis vosotros?
- Saliendo de casa. Hemos ido a recoger las maletas y no estabais.
- ¡Diez minutos y estamos ahí!
- No, no, si ya nos vamos.
- Ah…
- Sólo deciros que a las siete empieza el concierto, así que a las seis y media estad ahí. Entráis, decís quién sois y ya os darán la acreditación, ¿sí?
- Estupendo. Pues ahí nos vemos.

--
Lunes, 15 de Enero. Primer día del Take Me Home Tour.
18:32

- ¿Nombre?
- Hannah Malker.
- ¿Viene con…?
- Louis Tomlinson.
El hombre, vestido de negro, revisó la lista y tachó un nombre.
Luego, buscó un en una caja un carnet.
- Aquí lo tienes.
Cogí el carnet que me alargaba el hombre y entré en el recinto.
Mientras esperaba a que las otras ficharan, leí detenidamente el carnet.


Hannah Malker
ONE DIRECTION – Take Me Home Tour
London O2 Arena – 15/01/13
Acreditación especial para backstage.


Me lo colgué del cuello y esperé a las otras.
- ¿Vamos? –dije, cuando Lena, Andrew y Danielle hubieron fichado.
Perrie ya estaba dentro. Había tenido que venir antes por “cosas de trabajo, ya sabéis”.
Seguimos el pasillo y salimos en tribuna, donde teníamos los asientos.
Hacía ya media hora que los teloneros habían empezado su actuación, antes de que empezara la de los chicos. Sin embargo, el estadio ya estaba lleno de chicas con pancartas y sin pancartas.
- ¿Podemos quedarnos diez minutos? Niall me ha hablado mucho de esta banda. Me gustaría escuchar alguna canción –dijo Andrew, con su perpetua sonrisa.
Nos apoyamos en la brandilla y miramos a los chicos del escenario.
Eran cuatro; tres rubios y otro moreno. Uno de los rubios tocaba la batería mientras los otros tres tocaban la guitarra y cantaban.
La canción que estaban tocando en ese momento era realmente bonita. Me gustó.
Me hice una nota mental para averiguar cómo se llamaba.
A las 18:46, salimos de tribuna y volvimos a entrar en los pasillos blancos.
Avanzamos por el pasillo siguiendo los carteles, hasta llegar a una puerta con el cartel de “Backstage – One Direction” colgado.
Di tres golpes en la puerta y esperé a que alguien contestara.
Nada.
Llamé otra vez.
- Chicos, ¡somos nosotras! –dijo Lena, a ver si así nos oían.
- ¡Chicas! ¿Ya estáis aquí? –dijo Perrie, acercándose a nosotras.
- Sí. ¿Y los chicos?
- En el parking.
- ¿¡En el parking?! ¡¿Y qué leches hacen ahí?!
- Han cogido un cochecito y están dando vueltas huyendo de Paul. Menos Zayn. Zayn ha cogido una segway.
- ¡Pero si son y 48!
- Quedan diez minutos para que salgan al escenario y estamos intentando pillarlos, sí.
- Dios mío…
Bajamos las escaleras corriendo hasta llegar al subterráneo donde se encontraba el parking y entramos por la puerta, que estaba abierta.
- ¡NO LO CONSEGUIRÁS, PAUL! –gritaba Louis, que era el que conducía el cochecito, con los otros tres detrás.
Paul iba detrás suyo, con un cochecito también.
- Hombre, ¡hola chicas! –gritó Zayn, pasando delante nuestro y levantando una mano a señal de saludo, huyendo también de un guarda de seguridad rubio que lo perseguía corriendo.
Louis conducía sorprendentemente mal. Me extrañó que no hiciera chocar el cochecito contra alguna pared.
Dos minutos después, finalmente el cochecito de Louis, Harry, Niall y Liam se paró, los chicos se bajaron de un salto e intentaron huir corriendo, pero el segurata fue más listo y los atrapó.
Con el guarda rubio cargando a Zayn como a un saco de patatas, y dos otros guardas arrastrando a los demás, los metieron en el montacargas y pulsaron el 2 sin que tuvieran tiempo de escaparse.
- Uy, hola –dijo Harry, levantándose del suelo el primero.
- Quedan cinco minutos para que salgáis al escenario, ¿lo sabéis?
- ¿¡Cinco?!
- En realidad seis.
- Ah, ¡bueno! ¡Eso lo cambia todo! –chilló Louis.

--
Mandaron a los chicos con la estilista los cinco minutos que les quedaban, los peinaron, los cambiaron y los arreglaron; y a las 7:02, salieron al escenario.
Aparecieron en el medio del escenario al abrirse las puertas, e inmediatamente se pusieron a cantar What Makes You Beautiful.
Las chicas del público empezaron a chillar. Y con “las chicas del público” también me refiero a Lena.
Sería la novia de Harry, conocería a los chicos y todo lo que quisiera, sí.
Pero nada de eso le podía quitar a una directioner la experiencia de su primer concierto.
El concierto fue épico. Había tenido tiempo de escucharme el nuevo álbum entero, pero puedo aseguraros que en directo, era otra cosa.
Cuando terminó, los chicos desaparecieron por donde habían entrado, la gente empezó a irse y Perrie nos guió hacia backstage otra vez.
Cuando llegamos, los chicos ya estaban duchados y cambiados, menos Liam, que aún estaba en la ducha.
- ¡Hannah! –gritó Louis, al verme, y vino corriendo hacia mí. Me levantó por los aires y me besó- ¿Te ha gustado?
- ¿Que si me ha gustado? Habéis estado estupendos.
- Me alegro –sonrió él.
- ¿Y ahora?
- Nos vamos al aeropuerto. Ya salimos para París.
- ¿¡Ya!?
Louis asintió con la cabeza.
- Bueno… ¿Podemos acompañaros, al menos?
- ¡Claro!

--
10:47
Aeropuerto de Heathrow, Londres.

Estamos en la pista. Ya han bajado la escalera del avión, y nos estamos despidiendo.
- Así que París, eh... –digo, más que nada para decir algo.
Louis me mira fijamente a los ojos. Sé que sobran las palabras, pero no quiero que se vaya sin decirle adiós.
- Sí. París, Francia. Luego vendrán España, Italia, Alemania, Suecia, Irlanda y volvemos a Inglaterra.
- Vas a ir a París. Y vas a ir sin mí –susurro.
- Prometo llevarte a París, ¿vale? Pero hoy debo irme con estos cuatro chiflados.
- Sabes que van a ser dos semanas muy duras para mí, ¿verdad?
- Sabes que también lo van a ser para mí.
Suspiro.
- Te echaré de menos, cielo –le digo, besándolo.
- Y yo a ti, cariño. Muchísimo.
- ¡Vamos, Louis! ¡Sube ya! –grita el segurata.
Louis me da un último beso en los labios. Le pongo la mano en el brazo, no quiero que se vaya, pero a medida que se aleja le toco el brazo, el codo, la mano, los dedos… Y luego ya nada.
- ¡Cuida a mi pez! –grita, mientras sube las escaleras del avión.
- ¡Pero si no tienes! –chillo.
- ¡Pues me compraré uno! –grita, antes de que se cierre la puerta del avión.
Minutos más tarde, el avión despega, y, aunque sé que no puede verme, le hago adiós con la mano, imaginándome que detrás de esa ventanita él está haciendo lo mismo.
Y el avión se aleja de mi vista mientras yo me preparo para lo que prometen ser dos semanas muy largas y muy duras.

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