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He said he would never ever hurt you, but oh, here we're again.
Another break up, make up, when you're gonna wake up?
BOY - Little Mix
- Sí. Sí, claro. Entrad.
Empujé la puerta cuando sonó el pitido y entramos en el
edificio.
Subimos las escaleras hasta el cuarto piso y llamamos a la
puerta B.
- ¡Somos nosotras! –dijimos, antes de que pudiera abrir la
puerta.
- ¡Hola, chicas! –nos saludó Perrie, que iba con un vestido
azul- ¿Qué estáis haciendo aquí?
- Te echábamos de menos –contesté-. Hacía mucho que no nos
veíamos.
- Sí, eso es triste –dijo ella, apretando los labios-.
¿Queréis entrar y… pasamos un rato juntas?
- Estaría bien –dijo Lena.
Perrie sonrió.
- Entrad. Voy a preparar un poco de té.
- Oh, no es necesario. ¿Tienes coca-cola?
- Sí.
- Eso es suficiente para nosotras.
- Vale –asintió.
Lena y yo nos sentamos en el sofá y esperamos un minuto
antes de que Perrie volviera con tres vasos de bebida.
- ¡Qué sorpresa que hayáis venido!
- Te hubiéramos avisado, pero no pudimos.
- ¿Por qué?
- No contestaste a las llamadas.
Una expresión de sorpresa se puso en el rostro de Perrie.
- Cambié mi número el 2 de Enero. ¿No os lo dije?
- No.
- Oh, ¡lo siento! Me olvidé…
- ¿Por qué te cambiaste el número de teléfono?
- Lo hago todos los años. Cosas del trabajo, ya sabéis.
- Ah…
- Luego os envío un mensaje. Lo siento otra vez.
- No te preocupes por eso.
- Perrie –dije-, ¿puedo preguntarte algo?
- Claro.
- ¿Qué demonios pasa entre tú y Zayn?
- ¡Hannah! –exclamó Lena.
- No, Lena. Tranquila. Hannah tiene razón. Aún no entiendo
qué diablos pasó.
- Cómo pudo… -empezó Lena, dejando la frase en suspense.
- No lo sé. Sólo… ¡Pasó! Todo estaba perfecto en la fiesta
de Nochevieja, entonces se fue, ¡y no me volvió a hablar otra vez!
- ¿Seguro que todo estaba “perfecto”?
Perrie abrió los ojos de bate a bate.
Abrió la boca y cogió una gran bocanada de aire antes de
cerrarla, pestañear una decena de veces y decir, casi en un susurro:
- Bueno, hubo algo…
- Aaah, ¿ves? –dije, satisfecha- ¿Qué?
- Bueno, eran casi las doce. Quedaban unos cinco segundos.
Yo estaba felizmente pensando en nuestra amistad y en que nosotros podíamos ser
mejores amigos sin que hubiera nada más y…
- ¿Y…?
- Cuando dieron las doce, me besó.
Me quedé perpleja. Hubiera esperado cualquier cosa menos
eso.
- ¿Te besó?
Perrie asintió con la cabeza.
- Pero, ¿qué tipo de beso? –quiso saber Lena.
- Pues… normal. En los labios, dulce. No corto, pero tampoco
largo.
- ¿Y luego?
- Dijo que daba mala suerte no besar a nadie a las doce.
- Y luego se fue.
- Sí.
- Vaya…
- Marchó con las manos en los bolsillos, ¿a que sí?
–preguntó Lena.
- ¿Qué tiene que ver eso con…? –repliqué.
- Ya verás. Se dio media vuelta, se puso las manos en los
bolsillos y se fue, ¿verdad?
- Pues… Sí, ¿cómo lo sabes?
Lena se rió.
- Vamos, Perrie, ese tío está coladito por ti.
- ¿Qué dices?
- Puedo decirlo más alto, pero no más claro.
- ¿Y cómo sabes eso?
- Está claro. Lo de mala suerte es una excusa. Zayn no es
supersticioso. Además, las manos en los bolsillos es una posición neutra. No
implica vergüenza, pero tampoco atrevimiento. Sale inconscientemente al
enlazarse con el lóbulo izquierdo del cerebro… Cosas de psicología. Me lo contó
Ruby.
- ¿Quién es Ruby?
- Mi hermana mayor –sonreí-. Estudia psicología en la
Universidad de Manchester.
- Bueno –interrumpió Lena-, la pregunta es: Perrie, ¿te
gusta Zayn Malik?
- Es que, no lo sé…
- ¿Cómo no lo sabes?
- Pues, ¡no sé! Yo pensaba que todo estaba bien como amigos,
pero entonces me besó y todo lo que yo pensaba se ha ido al garete, no tengo ni
idea de que hacer, o pensar, o…
Entonces, me acordé de una técnica que me había explicado
Ruby hacía un tiempo.
- Qué suerte –dije-, porque Zayn ha empezado a salir con una
chica.
Lena debía de saber lo que quería hacer, porque no dijo
nada.
Sin embargo, la cara de Perrie fue épica. Incluso yo estoy
segura de haber oído cómo se rompía su corazón por dentro.
- Con… con… -las palabras se le atragantaban- con quién?
Se mordió el labio levemente y pude ver que entrecerraba los
ojos para contener las lágrimas.
- ¿Te sienta mal? –pregunté, cuestionando la evidencia.
- Sí… –dijo, tapándose la boca con la mano para que no se
notara que le costaba respirar.
- Vale, vale, vale, vale, vale. Perrie, es mentira. Es
mentira. No está saliendo con nadie.
Perrie soltó un sonido que se encontraba a medio camino
entre sollozos y risa.
- ¿¡Por qué me dices estas cosas?! –gritó, ahora llorando.
- ¡Al menos ahora sabes que te importa de verdad!
- ¿¡Era necesario?!
- ¿Abrazo?
Se rió, con lágrimas en ambas mejillas.
- Va, tonta.
- Weee –grité, tirándome encima de Perrie y abrazándola.
Finalmente conseguimos convencer a Perrie de que llamara a
Zayn y quedaran el día siguiente.
--
El día siguiente, por la noche, Louis y yo, cansados de hacer cajas, fuimos a la casa a cenar.
Recuerdo que Zayn y Perrie entraron por la puerta juntos,
cogidos de la mano, unidos.
- ¿Cómo ha ido la cita? –le pregunté a Perrie cuando tuve
ocasión.
- Bien. Muy bien –se limitó
a responderme ella, con una sonrisa.
¿Que como fue en realidad esa cita? ¿Qué paso? ¿Dónde
fueron? ¿Qué hicieron?
Pues no lo sé. Perrie nunca llegó a contármelo, y yo tampoco
se lo pregunté nunca.
Pero supongo que eso es una historia a parte.
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