When we both fall asleep, underneath the same sky,
to the beat of our hearts at the same time
So close but so far away.
BESIDE YOU - 5 Seconds Of Summer
- Veréis, la chica sufre el Síndrome del QT a largo congénito.
Oh, mierda.
No sabía qué era eso, pero tenía mala pinta, muy mala pinta.
- Uy, no os asustéis -se rió el médico-. No es nada grave. Mirad, el Síndrome del QT es una especie de enfermedad, en la que se producen episodios de taquicardia ventricular, generalmente cortos y autolimitados, que degeneran de una fibrilación ventricular.
¿Qué había dicho?
Nuestras caras debieron de ser épicas, porque el médico suspiró y se explicó:
- Veréis, la chica tiene un nervio que está cerca del corazón muy sensible. Eso hace que, cuando esté muy nerviosa, tensa, cuando tenga un ataque de ansiedad o alguna cosa parecida, su sangre empieza a ir cómo loca, y eso hace que le vaya más lento o más rápido el pulso, o que experimente algún episodio de pérdida de conciencia, cómo ahora.
- ¿Y tiene tratamiento?
- No, ya que es una cosa puramente emocional. Lo único es intentar que no se ponga nerviosa, que no esté angustiada por cualquier cosa; me refiero a temas importantes, claro. No sé qué debía estar pasando ahora, pero debía de ser grave. El tema ansiedad, ansia, preocupación, inquietud... Es malo si lo eleváis a un nivel importante. Hay que evitar esas situaciones. Evitar también que hiperventile, o que respire demasiado rápido. Simplemente eso; y que ella sea consciente de ello, no hay nada más que decir.
Bueno. Finalmente no era una cosa tan mala... Simplemente habría que aprender a convivir con ello.
- Pero, aún me queda una duda -dije-. ¿Ahora hay que ingresarla, o...?
- Oh, no. Qué va. Estas pérdidas de consciencia duran un máximo de 6 horas, así que no hay que preocuparse. No tendría porqué durar más que eso, así que no os preocupéis. Ahora le haremos una prueba para comprobar una cosa, sobre su capacidad pulmonar. Si da positiva será definitivamente lo del Síndrome del QT.
- ¿Y si da negativa?
- Dadas las características de la situación de la chica, estaríamos hablando de algo mucho más grave, algo mucho más serio. No creo que se trate de eso, pero existe la posibilidad.
Claro. Siempre tenía que ver un "pero".
- No tardaremos más de una hora en hacerle la prueba y tener los resultados, así que os recomiendo que os quedéis en la salita mientras esperáis.
- ¿Podemos verla antes?
El médico cogió aire.
- No. Tenemos que acabar con esto cuando antes mejor.
Asentí con la cabeza.
Los tres nos levantamos y nos dirigimos a la puerta.
- Ah, por cierto. Hacedme al favor de ir a la mesa de la secretaria, tenéis que darle las dadas de la chica -dijo el médico saliendo del despacho detrás de nosotros.
Cuando llegamos otra vez a la sala de espera, Andrew, Danielle, Harry, Niall y Liam ya habían llegado.
Se levantaron rápidamente y nos preguntaron sobre Hannah y sobre qué le pasaba.
Entre Louis y yo les contamos todo, incluyendo lo que nos había dicho el médico.
Luego me acerqué al mostrador y le pedí a la secretaria que registrara las dadas de Hannah.
Me pidió dos docenas de dadas, entre ellas nombre, apellidos, data de nacimiento, sitio de nacimiento, sitio de residencia, dirección, trabajo, varios teléfonos y e-mails de contacto, alérgias, su número de seguridad social...
Volví a sentarme con los chicos, escogí una silla al lado de Harry, al que, pobrecito, no estaba prestando mucha atención.
Un par de minutos después, el médico salió otra vez. Louis y yo nos levantamos automáticamente.
- A ver, chicos -dijo-. Tenemos un problema para hacer la prueba.
- ¿Cuál? -preguntó Louis, con un tono casi exigente.
- Para hacerla tiene que estar inconsciente. El problema es que ya lleva cuatro horas así, en cualquier momento se podría despertar, y no podemos arriesgarnos a eso.
- ¿No podéis darle anestesia?
- Por dios, ¡no! No se puede dar anestesia a una persona inconsciente. Podría entrar en coma.
- ¿Y no podemos esperar un par de horas? -dije- Has dicho que en un máximo de 6 horas despertaría. Si ya va por la cuarta, podemos esperar a que despierte, ¿verdad?
- Poder sí podemos. Pero no podemos estar pendientes de si la chica despierta o no para hacerle la prueba. Además, lo más probable es que cuando despierte se encuentre mareada, o tenga hambre. No volveremos a dejarla inconsciente una vez haya despertado, ¿entendéis?
- Sí -dije, en voz baja.
- Entonces, ¿qué vamos a hacer? -preguntó Louis.
- Voy a darle a la chica un relajante muscular y la trasladaremos a casa otra vez. Y mañana volvéis y le hacemos la prueba. Le pedís a la secretaria que os de hora para una espirometría mañana por la tarde.
--
Treinta-y-cinco minutos más tarde la ambulancia llegaba a casa otra vez, seguida de el coche de Liam.
Dos enfermeros descargaron una camilla con una chica rubia, de pelo largo; y de ojos azules, aunque cerrados.
Los chicos cogieron a Hannah y la llevaron otra vez hacia su habitación.
Después de ellos, entramos Andrew, Danielle y yo.
Luego recordé a Zayn: A quien una hora y pico antes habíamos dejado sólo en casa, triste y medio deprimido por la ruptura con Lucy, la cual en realidad no lo quería; con alguien que Paul había enviado para que no estuviera completamente sólo y sin vigilancia.
Sentí pena por el chico.
Entré en el comedor de la casa, y esa pena se esfumó en seguida.
El panorama era muy diferente al que yo había imaginado.
Zayn estaba sentado en el sofá, con una persona de espaldas a nosotros, de pelo rubio; estaban jugando a la Wii y riéndose un montón, los dos.
- ¡Hola! -grité, para que se dieran cuenta de nuestra presencia.
Zayn y la chica se giraron.
- ¡Hola! -dijo ella.
- ¿Perrie? -preguntó Andrew, a mi lado.
Perrie se rió.
- ¡Hola, chicas!
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Me desperté con un gran dolor de cabeza y con la sensación de no recordar absolutamente nada.
Me revolví en la cama, pero no estaba cómoda. Sentía que era una cama extraña, diferente a la mía.
Y tenía hambre, mucha hambre.
La habitación estaba oscura, pero mis ojos rápidamente se adaptaron a la oscuridad y pude distinguir a alguien sentado en una silla a mi lado.
Me sorprendió mucho ver a Niall durmiendo ahí.
- ¿Niall? -pregunté, no muy segura de que fuera él.
El irlandés se despertó y me miró, mostrándome esos inconfundibles ojos azules.
- Niall, tengo hambre.
Pero Niall no me hizo caso. Se levantó de un salto.
- ¡LOUIS! -gritó, mientras corría fuera de la habitación- ¡LOUIS! ¡HANNAH SE HA DESPERTADO, SE HA DESPERTADO!
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