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Cuarenta-y-tres minutos. Es lo que tardaron Danielle y Perrie en volver del supermercado.
Venían con una decena de bolsas colgando de los brazos de cada una.
- ¡Parece que traigáis comida para un régimen entero! -les dijo Lena.
- ¿Tú sabes lo que come Zayn? -dijo Perrie, abriendo mucho los ojos.
- No...
- Mejor no lo sepas -se rió ella.
Una hora y treinta-y-siete minutos. Es lo que tardaron Louis, Coco y Harry en volver.
Cuando regresaron al campamento (esto parece una historia de la Edad Media aquí...), iban cargados cada uno con cuatro mochilas, menos Coco, que llevaba tres y una bolsa colgada del brazo.
- ¡Hola! -gritaron, subiendo la colina.
- ¡Hola! -respondió Liam.
Liam, Lena y yo estábamos terminando de montar la última tienda en ese momento, con lo que teníamos ya 6 tiendas de campaña bien montadas gracias a la experiencia de Liam. Sin él, no tendríamos ni una montada, eso seguro.
Louis, Coco y Harry habían comprado once sacos de dormir térmicos, uno para cada uno, y en la bolsa que traía Coco llevaban varias estufitas pequeñas a gas para meter en cada una de las tiendas y que no pasáramos mucho frío por la noche, a pesar de que las tiendas estaban aisladas del exterior y se cerraban herméticamente y esas cosas. También habían comprado márfagas dobles y blandas para poner debajo los sacos y que fueran más cómodos.
Ya habíamos dejado los sacos de dormir en su sitio, y Niall y Andrew aún no habían salido de su tienda, así que Coco fue a echar un vistazo.
- Vigila... Puede ser que no vayan vestidos -le dijo Harry.
Coco se rió.
- Conoces poco a mi primo. No lo hace si no es en una cama con colchón y todo, estará durmiendo.
- ¿Y cómo sabes esas cosas?
- Una escucha cuando no debería -dijo ella, haciendo un gesto con la mano para quitarle importancia.
Coco se agachó, abrió lentamente la cremallera de la tienda y miró dentro.
Se rió, de la manera rara que se ríe ella, y, mientras abría la tienda del todo, dijo:
- Mirad.
Todos nos acercamos a echar un vistazo.
Niall y Andrew no estaban durmiendo juntos, abrazados ni nada por el estilo, como nosotros esperábamos.
Andrew estaba tumbada en un lado, abrazándose la barriga, aunque aún no se le notaba nada; y Niall estaba en el otro lado, opuesto a Andrew, y él también abrazaba algo. Un bocata. Estaba dormido abrazado a un bocata.
- Pobrecito, ¿qué pasaría si alguien le quitara su preciado bocata de mortadela de aceitunas? -dijo Louis.
- Vamos a averiguarlo -dije.
Coco me mirió, extrañada, y yo sonreí. Me agaché y entré de cuatro gatas en la tienda.
Me coloqué al lado de Niall y, sin hacer ruido, cogí el pote de nada montada que me alargaba alguien.
Cuidadosamente, le quité el bocata de las manos y en lugar le dejé el pote de nata sin tapón.
Cogí el bocata y salí de la tienda marcha atrás. Me puse de pie y levanté el bocata a modo de trofeo mientras todos, incluida yo, nos reímos.
Coco me chocó la mano.
- Ahora a esperar a que se despierte, se asuste, aprete las manos sin querer y le salga toda la nata disparada hacia la cara. Dios, ¿os lo imagináis?
- Qué fuerte, dios mío -dijo Zayn, muriéndose de risa.
- Jo, ya se hace oscuro -dijo Lena.
- Hannah, ¿hacemos la cena? -me preguntó Perrie.
Perrie Edwards. Con esos ojos azules, tan bonitos, tan profundos. Con ese pelo rubio, recogido en un moño arriba de la cabeza. Con esa cara tan agradable, de facciones redondeadas y perfectas y a la vez bien dibujadas, y pómulos rosados. Perrie era divertida, alegre, mona, adorable, vamos, te hacía pasar un buen rato. Se veía de una hora lejos de que era incapaz de hacer daño a alguien. Se reía, insultaba a gente, pero en broma, pero era imposible que Perrie te pudiera hacer una putada o pudiera insultarte a las espaldas, o nada por el estilo.
Zayn no sabía la suerte que tenía.
- Claro -le sonreí, yéndome con ella a la zona 'cocina'.
Encendimos el fogón a gas y colocamos encima una gran olla llena de agua.
Contamos las raciones de macarrones que tocaban, unos 80g por persona, pero redondeamos y metimos cuatro paquetes de macarrones de 250g cada uno dentro del agua hirviente.
Estaba removiendo el agua cuando se oyó un grito. El grito de Niall.
- ¡LA MADRE QUE OS PARIÓ! -gritó, y todos empezamos a descojonarnos de risa.
Un Niall super cabreado y con la cara y el cuello llenos de nata vino hacia nosotros.
- ¿¡Dónde está mi bocata de mortadela de aceitunas?!
- ¡Nos lo hemos comido! -gritó Louis, muriéndose de risa.
Sin embargo, Niall no se reía.
- Eres un hijo de puta.
- No he sido yo quién se lo ha comido.
- ¿Y quién ha sido?
- ¡Todos!
Niall empezó a insultar y pegar a Louis mientras todos, incluído Lou, nos reíamos.
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