¡Buenas noches! ¿Me echábais de menos?
Me gustaría que este capítulo hubiera sido algo más largo, pero después de dos meses sin subir prefiero ir volviendo a coger el ritmo.
Eso significa que va a cambiar un poco el horario por un tiempo, voy a subir sólo los martes, a las 23h (ya sabéis) y el domingo 1R.
PERO, este sábado tengo un compromiso por lo que subiré el viernes por la noche. Sólo esta semana. Bien.
Tengo muchas cosas pendientes por venir... ¡Me muero porque las leáis!
Espero que disfrutéis de este 107 y hasta pronto :)
Un beso,
-Anna'xx
107
All the crossed wires, just making us tired
Is it too late to bring us back to life?
THE ONLY REASON - 5 Seconds Of Summer
Suena el despertador.
Paso la mano por encima de mi cabeza a toda prisa, para no despertar a Lou, y lo apago. Miro a la izquierda. Ahí está él, durmiendo tranquilamente. Qué mono es, por Dios. Le quiero tanto...
Pero, ¿qué son esas cosas blancas que hay a su lado? Son... ¿Pañuelos? Sí. y en el suelo hay más.
Le regaño mentalmente: Le dije que si se metía en ese lago se iba a resfriar. Es que lo sabía. Pobrecito.
Suspiro.
En silencio, me incorporo y me pongo las zapatillas. Me cuerdo el albornoz y salgo de la habitación.
El despertador suena a las 7:03. Tengo 42 minutos exactos para desayunar, ducharme y vestirme; y salir de casa a las 7:45. A las 7:48 pasa el bus, así que a las 7:54 estaré en el trabajo. Pero como el viernes por la tarde no fui a trabajar, debo quedarme un rato más en el trabajo, por lo que quiero dejar la comida hecha; así que ayer programé el despertador a las 6:45.
Quizás lo llevo todo demasiado planeado, pero es lo que he aprendido a hacer. Programo las cosas al minuto para no pasarme ni olvidarme de hacer nada. Es lo que más eficaz me ha resultado durante los últimos años.
Bajo las escaleras mientras me arreglo un poco el pelo con la mano. Paso al lado del sofá, dirigiéndome a la cocina, y veo algo en el suelo. Algo rojo. Me agacho para ver qué es, y me sorprendo al ver que es un osito de goma.
Oh, Dios. Otra vez no...
Entonces me doy cuenta de que hay un par un metro adelante. Y más lejos también hay más.
Hay un rastro de ositos de goma por el comedor. Aún no he visto nada, pero sé perfectamente de quién es obra.
Bufo y decido seguir el rastro. Llega hasta la puerta del jardín, que está abrierta, y sigue fuera. Me bajo los puños del albornoz hasta los dedos para no coger frío y salgo al jardín.
El rastro de ositos va hasta debajo del árbol. El árbol. El único árbol que tenemos en el jardín.
- ¿Por qué tiene que hacerlo tan obvio? -susurro para mí misma.
Pero entonces me doy cuenta de que debajo el árbol hay otra cosa. No, no es una persona. Parece... un libro.
No, no es un libro. A medida que me acerco me doy cuenta de que es un cuaderno, un cuaderno de dibujo. Está abierto por una de sus páginas.
Cojo el cuaderno entre mis manos y lo miro. Es un dibujo hecho a lápiz de un ojo. Está muy bien hecho, aunque algo torcido. Se nota que la mano que ha hecho esos trazos es experta, pero que en el momento de hacerlo no estaba en sus mejores facultades. Instantáneamente identifico quién es la autora.
Ositos de goma, un árbol y el dibujo de un ojo. Eso significa...
- Oh, no -murmuro.
Lentamente levanto la cabeza, atemorizada por lo que me pueda encontrar.
Sí.
Ella está ahí, dormida encima de las ramas del árbol.
- Dios mío, Coco.
Como veo que no tiene la más mínima intención de despertarse, vuelvo a entrar a la casa y me meto en la cocina para desayunar.
Miro el reloj del microondas: las 7:49.
Tengo hasta las 6:57 para desayunar. Luego tengo que subir arriba, ducharme y...
Un momento.
Las 7:49, ¿¡QUÉ?!
Saco el móvil del bolsillo. Sí, las 7:50.
- Oh, mierda. Mierda, mierda. ¡Mierda!
¿Habré sido tan idiota de poner el despertador una hora tarde? Dios mío, pero ¿qué coño hago con mi vida?
Vale. Tengo que correr.
Me bebo la taza de café que la cafetera ha preparado de un sólo trago y subo corriendo hacia el piso de arriba.
Entro en nuestra habitación. Aún duerme, así que me meto en el baño.
Me huelo. No está tan mal. Puedo ducharme esta tarde. Al fin y al cabo, ya me duché ayer al llegar del campamento.
Salgo del baño torpemente y me dirijo al armario.
¿Hannah?
Mierda.
- ¿Louis? ¿Te he despertado?
- Bueno... ¿Qué hora es?
- Las 7:50.
- Pero si...
- Sí, lo sé. Me he equivocado con el despertador.
Louis no contesta. No veo su cara, ya que la habtación está oscura.
- Te llevo.
- ¿Qué? ¿En coche?
- No, volando si te parece. Sí Hann, en coche.
- ¿Estás seguro?
- Hannah, ¿cómo vas a ir a la oficina sino?
Abro la boca para responderle cuando me doy cuenta de que no tengo respuesta. Tiene razón. Pero de todos modos, está resfriado y cansado. Tiene que descansar.
- Puedo ir en coche.
- Oh, ¿en serio? ¿Con qué carnet?
- No necesito ninguno.
- Claro, y yo te dejaré mi coche para que tengas un accidente.
Suspiro. No sé qué contestarle. Ya hace rato que tengo esta discusión perdida.
- Admítelo de una vez, Hann. Soy tu única opción.
No le respondo. Mi cabeza busca durante unos segundos una solución, una idea milagrosa.
- Dame un par de minutos para arreglarme y te llevo.
- Gracias -digo, casi en un susurro.
Me dirijo a la pila de ropa que dejé ayer por la noche encima de la butaca, la cojo y entro en el baño con ella. Me cambio tan rápido como puedo, me peino y me pongo rímel.
Un par de minutos después vuelvo a entrar en la habitación. Louis está terminando de atarse las bambas. Se ha puesto una sudadera y unos pantalones de chándal. Mientras va al baño, recojo los pañuelos arrugados que reposan en el suelo de su lado de la cama. Hay muchos, decido no contarlos. Me limito a recogerlos del suelo y tirarlos a la papelera.
Justo termino de ponerme los zapatos cuando él sale del baño.
- ¿Estás seguro?
- No me dejes replanteármelo. Anda, vamos.
Bajamos las escaleras. Él coge las llaves del coche, y yo mi abrigo.
- ¡Adiós, Coco! -chillo al salir.
- ¿Coco? -me pregunta Louis, extrañado, mientras bajamos al parking.
- Está durmiendo encima del árbol del jardín. Ya te saludará.
A él se le escapa una risa. Normalmente no nos hubiera gustado la idea de tener a alguien durmiendo en el árbol, pero Coco era... Bueno, Coco. Qué le ibas a decir.
Llegamos al coche.
- Buenos días, Tom -dice Louis, al tiempo que se sienta en el sitio del piloto y mete las llaves dentro para encenderlo-. ¿Me has hechado de menos? -y el motor ronronea a respuesta.
Me río y me acomodo en el asiento del copiloto.
Salimos del parking y empezamos a recorrer calles.
- Hannah.
- ¿Qué?
- Pañuelo.
Saco uno de la caja que tengo al lado y se lo doy corriendo.
- ¡Pero espérate a ese semáforo para sonarte...! -exclamo, pero es demasiado tarde. Louis se suena la nariz y el coche se sacude a repercusión.
Louis consigue redrezarlo en un sólo movimiento.
- Eres tonto, y un temerario.
- Pero me quieres.
- ¿Tú crees?
- ¿Me quieres?
- Sí. Mucho.
dimarts, 29 d’abril del 2014
diumenge, 20 d’abril del 2014
Reencuentros :)
¡Buenos días, habitantes del mundo!
Sólo daros las gracias por ser tan pacientes y haber esperado todo este tiempo;
y deciros que ya he vuelto a empezar a escribir. Y que...
29 de Abril
23:00
Vuelve 'Reencuentros'
muffinsareforever.blogspot.com
Awww yeah!
Pues eso jajaja, espero que estéis ahí :)
Un beso y hasta entonces,
-Anna'xx
Sólo daros las gracias por ser tan pacientes y haber esperado todo este tiempo;
y deciros que ya he vuelto a empezar a escribir. Y que...
29 de Abril
23:00
Vuelve 'Reencuentros'
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Awww yeah!
Pues eso jajaja, espero que estéis ahí :)
Un beso y hasta entonces,
-Anna'xx
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